El rey es Nadal
El español derrota a Tsitsipas en una final memorable de 3 horas y 38 minutos ● Es el 12º Godó para Rafa, que recupera las buenas sensaciones sobre tierra
Pasarán los años y algún tenista se convertirá en el mejor en tierra batida. Quizás será Stefanos Tsitsipas, que jugó una magnífica final ante un rival eterno, pero todavía no ha llegado la hora de destronar a Rafa Nadal. No en tierra y no en el Barcelona Open Banc Sabadell. No en su casa y no ante su gente: el manacorí se deshizo del griego en un partido memorable, de casi cuatro horas, conquistando su duodécimo Godó. La final fue de las mejores que se han disputado en Barcelona.
Ante un tenista de la calidad de Tsitsipas, cualquier regalo en la pista era un suicidio. Lo sabía Nadal, lo advirtió en la previa, y arrancó con un juego en blanco mostrando su superioridad en el saque. Pero fue en el tercero, cuando Nadal empezó a encadenar errores y el griego cogió ventaja. Dos juegos en blanco, el primero de break, para el 3-1 a favor de Tsitsipas. De menos a más, en el partido, pero Tsitsipas despejó rápido la duda con un juego en blanco. Nadal ganó con su saque (5-4) y restó para llevarse el encuentro. Y empezó el verdadero espectáculo: Tsitsipas salvó dos pelotas de partido, llegó al tie break y forzó el tercer set.
Sin ninguna opción de break en los cuatro primeros juegos (2-2), tampoco en el quinto, el partido era cada vez más tenso. Nadal recuperó la confianza, espoleado por el público, dispuesto a no ceder ni un centímetro ante su rival. Insistió en buscar el revés de Tsitsipas y siguió controlando su servicio. Pero su rival hizo lo propio. Con 5-4 Tsitsipas tuvo una bola de partido pero Rafa la salvó. Y tras el deuce, otra vez la igualada (5-5). Con el temple necesario para elegir bien los golpes, Nadal rompió el servicio del ateniense y sacó para ganar su duodécimo Godó. No fue fácil, pero al español no se le escapó la victoria en una de las mejores finales que se recuerdan en Barcelona. Nadal sigue siendo el rey.