Con los Williams y sin Europa
Debut de Nico, que coincidió con Iñaki, en un nuevo empate del Athletic ● El Real Valladolid sale de la zona de descenso
El Real Valladolid se coló en la fiesta de los Williams. Estuvo ahí, asistía mudo al estreno histórico de Nico, el hermanísimo de Iñaki, y fue rebañando las migajas, que al final fueron un buen punto. El Athletic chispeante del domingo ante el Atlético volvió a las andadas, se pasó de confiado. Es incapaz de encadenar dos victorias seguidas y en tres días ha apagado gran parte de la llama de la ilusión en Bilbao. Retorno a la casilla de salida con el enésimo empate, desperdiciando dos ventajas ante un equipo en descenso que gracias a las tablas salió del infierno. Este mostró, desde luego, una entereza mental impecable. Lo del cuadro bilbaíno contra los del sótano de LaLiga es inquietante.
Hay que ser pacientes con los chavales de Lezama, pero es mejor que crezcan con victorias. De inicio, esta apuesta por las promesas por segunda jornada consecutiva dio intensidad ofensiva y se esforzaron en la presión. El Athletic puso al Real Valladolid a su merced. Si a Sergio le gusta tener la bola, casi ni la olieron en la primera parte.
Tras 25 minutos de control absoluto y juego dinámico, los rojiblancos se dieron una tregua, porque venían de un gran esfuerzo tres días atrás y había que dosificar el sudor. Y los pucelanos tuvieron alguna ocasión, tímida, eso sí. Como un remate de Weissman en el 42’ ante Balenziaga tras un córner que acabó en gol, invalidado por un fuera de juego por centímetros. La tropa de Marcelino veía que a nada que apretara, ahogaba de nuevo al adversario. La rentabilidad parecía volver a las filas vizcaínas. Un zarpazo, un gol de Morcillo, el mejor. Este tuvo la segunda ocasión, otro disparo desde la frontal. No se entendía cómo un Pucela que se jugaba la vida podía ser tan poco agresivo y manejar unas pulsaciones tan bajas. El medio centro defensivo ni se enteraba por dónde soplaba el viento. Unai López estaba solo en la organización, no lo detectaban.
Empate de Weissman. La segunda parte mató el dinamismo local. Los que se duermen con marcadores cortos, lo suelen pagar. El Athletic salió a contemplar cómo estaba el Real Valladolid, como un médico con un paciente tras una larga convalecencia. Empató Orellana de cabeza tras un córner, lo nunca visto. Los cambios de Sergio mudaron el choque. Hervías, Olivas y Míchel dieron otro ritmo. Raúl cazó el 2-1 y Weissman empató con justicia.
Reacción Los cambios de Sergio fueron determinantes