Hay esperanza para Márquez
El ilerdense llega a Francia más cerca del liderato que en España
Estamos ante la versión más prudente, o más madura, de Marc Márquez. Tanto en la pista, como fuera de ella. Sin embargo, la ambición del ocho veces campeón del mundo se mantiene intacta pese a la realidad por la que atraviesa esta temporada. Tras un año de ausencia, como era de esperar, el de Honda no ha regresado al 100%. Fue dura para él la primera confesión que realizó tras su reaparición en Portimao: “Si por mí fuera pensaría ya en el título, pero aún no toca”. Un discurso que mantuvo en la previa de Jerez, donde aseguró que “si estuviese al 100% diría que el Mundial es remontable”, dejando una clave que parecía en ese momento más una utopía: recuperar puntos con la cabeza. Quartararo venía de un doblete de victorias, el ilerdense no estaba
“con la mentalidad de recuperar puntos” y sin embargo sigue teniendo vida en la partida.
El contador de Márquez tras cuatro grandes premios, dos en su caso, refleja 16 puntos. Lo que a priori puede parecer un bagaje demasiado pobre, tiene otro enfoque cuando el octocampeón llega a Le Mans con una diferencia inferior al liderato con respecto a la que arrancó el fin de semana del GP de España. Entonces, Marc tenía una brecha de 52 puntos con Quartararo y ahora, la primera posición de la general que ostenta un Bagnaia que es el cuarto líder diferente de la categoría en cuatro carreras, está a tan solo 50, o lo que es lo mismo: a dos carreras.
El de Honda ya ha gastado sus dos comodines en forma de ausencia en el doblete de Qatar, pero por delante tiene 15 pruebas y el antecedente de dos años que abren otra ventana al optimismo. Tanto en 2017, de la mano del propio Marc, como en el campeonato que conquistó Mir en 2020, el título cayó en manos de un piloto que sumó hasta tres ceros.
Igualdad. Por si todo eso no fuera suficiente, lejos de volver a instaurarse un dominio absoluto que Suzuki cambió en el último curso y que habían establecido en la última década Honda y Yamaha, la tabla refleja la continuidad de una igualdad donde todo apunta a que será el piloto que mejor entienda la gestión del fin de semana aquel que salga victorioso a final de año, como ocurrió en 2020 con un Mir que se ha visto eclipsado por Quartararo en este arranque. El francés ha sido un huracán al que ha frenado el síndrome compartimental y pese a que todavía no se sabe lo que le lastrará, su posible caída puede alimentar las aspiraciones de un Marc que advirtió de otro rival: “¡Cuidado con Bagnaia!”. Y parece que no iba mal encaminado.