AS (Sevilla)

Griezmann hace Bueno el cholismo

El francés firma un doblete para aupar al Atlético como tercero en LaLiga ● El primero, gol olímpico Fekir, suplente, recorta ● Álex Moreno estampa un balón en el larguero al final ● Simeone impone su ley

- PATRICIA CAZÓN REPORTAJE GRÁFICO CHEMA DÍAZ, MORENATTI Y TONI RODRÍGUEZ

Como confeti puede lanzar Simeone sobre Griezmann los trozos desmenuzad­os del Excel de esa cláusula que hasta hace nada le enjaulaba. Porque el francés justifica el cholismo. Porque dos años después el francés vuelve a ser eso que fabricó su entrenador: su obra maestra del fútbol. Doblete ante el Betis para volver a la vida de siempre en LaLiga. El Atleti, tercero; que Barça y Madrid sientan su acecho en la sombra, si fallan. Un Atleti que fue sobre todo fiel a sí mismo. Un Atleti romo y cholista. Con Griezmann se puede. Con Griezmann todo es posible. Aunque se sufra. Porque en el Villamarín también se sufrió.

El rechinar de las pizarras llenó la hierba en cuanto el árbitro pitó el inicio. Pellegrini adelantaba a Carvalho por la falta de Canales. El Cholo le daba las alas a Correa y Saúl. Pero sin volar. Oblak regresaba a la portería en un Atleti alzado sobre su traje más cholista, el 4-4-2, el resistir como único juego. Enseguida el Betis se abalanzó sobre ello, rascando arriba y tatuando su nombre en el cuero, combinando y jugando a lo que Guido quisiera jugar. Los rojiblanco­s, abigarrado­s en su territorio, apretaban las líneas como los dientes en bruxismo. En ataque no existían. Para qué. Su primera parte fue solo un sobrevivir sin balón.

Porque mientras el Betis movía y movía buscando una grieta en el balance defensivo cholista, los del Cholo se convertían en diez Reinildos, impertérri­tos al amago de baile andaluz, que sin Fekir (banco) y Canales venía sin chispa, trastabill­ándose, sin hallar resquicio. Era el 18' cuando Pellegrini daba una patada al aire en su banquillo. A su plan acababa de salirle una grieta: Luiz Felipe caía lesionado. Víctor Ruiz, en frío, ocupó su sitio atrás. Pero salvo las travesuras que Griezmann intentaba, nada inquietaba el Atleti. Ninguno de sus compañeros le seguía.

Fue sobre los hombros del francés, cómo no, que los rojiblanco­s trataron de acercarse a Rui Silva. Griezmann bajaba, subía, buscaba y le arrancaba a Pellegrini la pista de baile que intentaba plantar. Sin arañar, eso sí. Las ocasiones eran como cometas Halley en la tarde, que sobrevolab­an las porterías de mucho en mucho. Y casi como pidiendo perdón. Todos disparos fuera, casi todos sobre la cabeza de Oblak. Pero eso es cholismo. Aguantar. Y robar, correr y matar cuando toque. El Betis trataba de escapar a la somnolenci­a que el Atleti instauraba cuando adelantaba sus líneas de presión para acercarse a Oblak. Pero una vez se escapó Iglesias y el portero atrapó en dos tiempos. Pero cuando lo hicieron todos los demás fueron solo balas de fogueo. Y lo escrito: al aire. O demasiado cruzadas. Como esa

volea de Grizi después de que Rui Silva le regalara un balón en el saque justo cuando el descanso llegó.

Cuando empezó la segunda parte, el Atleti se decidió a sudar. No le quedó otra tampoco: Reinildo fallaba un control incomprens­ible y el balón quedaba para la carrera de Borja Iglesias en una contra que Luiz Henrique llevó a la red. Pero El Panda estaba en fuera de juego. Anulado. La contestaci­ón rojiblanca fue un gol olímpico de Griezmann.

Porque el empeño del Cholo este verano, contra todo y todos, se veía recompensa­do otra tarde más cuando observaba volar un córner lanzado por el francés fuerte y cerrado hacia Rui Silva. Porque la confianza en Grizi siempre tiene premio. La pelota botó por dos veces antes de colarse en la portería sin oposición alguna. El Cholo apretaba los puños en su banco. A Pellegrini no le daba el cuello de la camisa otro partido más ante Simeone, y son nueve ya sin victoria. Pero el cholismo también es esto: aguantar hasta que aparezca Griezmann. Por cierto, es octubre y ya lleva un gol más que en LaLiga pasada. O, mejor dicho, dos.

Porque una combinació­n de Cunha y Correa en la frontal acabó con Griezmann colándole el balón a Rui Silva entre las piernas. El Betis regresaría al partido cuando Fekir pisó la hierba. Primera pelota, ocasión. Segunda, gol: agujereó la red rojiblanca con un libre directo teledirigi­do al palo de un Oblak que pudo hacer más. El Betis se lanzó como un alud sobre el cholismo, sobre un Atleti ya sin Grizi. Álex Moreno estampaba un balón en el larguero. Pero el primer principio cholista es saber sufrir. Además de Griezmann, claro.

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 ?? ?? Griezmann marca de gol olímpico en el Villamarín, al sacar cerrado y fuerte sobre la portería de Rui Silva, una pelota que fue el 0-1 del Atleti.
Griezmann marca de gol olímpico en el Villamarín, al sacar cerrado y fuerte sobre la portería de Rui Silva, una pelota que fue el 0-1 del Atleti.
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