El Villarreal homenajea a Llaneza con pura épica
Victoria con un gol de Jackson en el 94’ y con diez jugadores
J. BURGOS / LA CRÓNICA
Era la noche de Llaneza, en la que el Villarreal tenía que homenajear al arquitecto de este proyecto. Y lo hizo de la mejor forma posible. Cuando ya nadie creía. Después de que un árbitro quisquilloso expulsara a Baena precisamente por mostrar una camiseta con una dedicatoria para él justo después del 1-1. Cuando el reloj marcaba el 94, en el límite del alargue. La segunda amarilla a Baena fue una injusticia fundamentada en una norma ridícula que hay que cambiar hoy antes que mañana. Una faena gorda además para un Submarino que volaba en pos de la remontada.
Pero precisamente esa decisión del colegiado generó una sensación inédita en cada jugador del Villarreal. Una fuerza interior extra que parecía llegar del tercer anfiteatro tras sentirse vilipendiados por un castigo cruel por el mero hecho de homenajear al amigo fallecido. Parejo levantó la cabeza en la última jugada del partido y dibujó un pase que ha hecho “200.000 veces”, como dijo Melero tras el partido. Jackson se quedó solo, mano a mano, en una jugada que este año le ha costado materializar. Pero esta vez no podía fallar. Por José Manuel. Por el Villarreal. Por todos.
El Almería. En realidad tampoco por todos. Porque fue una derrota muy dolorosa para el Almería, un conjunto que cuajó un partido notable en el Ciutat pero que le condenaron dos errores defensivos graves (en los dos goles del Villarreal) y otros cuantos en la definición (Touré, Melero, Embarba...), en la segunda mitad, cuando el Submarino navegaba hacia delante y dejaba espacios a su espalda. Una desilusión para Rubi, que había sorprendido al Villarreal con su planteamiento con cinco defensas y le desarboló en la primera mitad. Su buen comienzo fue premiado con el gol de Melero, pero en la segunda mitad la locura amarilla acabó engulléndoles.