Un problema llamado tempora-Westbrook
Los Lakers comienzan el curso con tres derrotas seguidas y sin resolver la atroz situación del desnortado base
Después de ganar solo seis partidos la da pasada desde el parón del All Star (6-18 para acabar) y verse fuera incluso de la repesca del play in, los Lakers han empezado el nuevo curso con tres derrotas en tres partidos. La cosa pintaba mal… y está siendo peor. No le queda mucho tiempo al proyecto, no si tenemos en cuenta que LeBron James cumplirá en diciembre 38 años y está en su vigésima temporada en la NBA (promedia, aún así, 27,3 puntos, 11 rebotes y 7,3 asistencias). Hay entrenador nuevo, Dervin Ham. Y Anthony Davis, el escudero de LeBron en aquel título de 2020 que parece lejanísimo, está por fin sano después de dos años de lesiones constantes. ¿Cuál es el problema? El resto del equipo, Russell Westbrook a la cabeza.
Los Lakers tienen que tirar de retales para acompañar a sus tres estrellas porque estas tienen tres de los trece sueldos más altos de la NBA. Davis, entre lesiones, ganará esta temporada 37,9 millones de dólares. LeBron, resistiendo a los achaques de la edad, 44,4. Y Westbrook, desnortado y lejos de cualquier rastro de aportar nada positivo, 47, solo superado por Stephen Curry, que gana 48 millones... pero es el vigente MVP de la final.
Después de no ser capaces de defender título hace dos temporadas, los Lakers arriesgaron yendo a por Westbrook. Salió horriblemente mal, y el base parecía destinado a salir en verano. Distanciado de LeBron y Davis, desafiante ante la prensa y ajeno de cualquier rastro de autocrítica, se encastilló a la espera de un traspaso que no llegó nunca. Hubo opciones, porque su valor deportivo es casi nulo pero hay equipos en reconstrucción deseando absorber su contratazo para liberar millones de sus cuentas el próximo verano, cuando Westbrook quede libre. Los Lakers, sin embargo, se pensaron demasiado dar primeras rondas de draft para endulzar un acuerdo de los que estuvieron cerca (con Pacers, con Jazz, con Hornets…) y acabaron quedándose con Westbrook... y con los problemas que acabaron con ellos la temporada pasada. Una gestión muy peligrosa del ejecutivo Rob Pelinka y la propietaria, la histórica Jeanie Buss, hija de Jerry, el Doctor Buss que levantó el imperio laker en los ochenta.
En su tercera derrota, contra los Blazers, los Lakers desperdiciaron una ventaja de ocho puntos en los últimos dos minutos. Antes, con 98-90 y 4:45 por jugar, volvió a pista un Westbrook que había visto desde el banquillo los mejores minutos del equipo. Cuando se volvió a sentar, ya en los últimos segundos, los Lakers perdían 102-104 (acabó 104-106). En ese tramo, los Blazers optaron por no defender siquiera a Westbrook, que lanzó algunos tiros espantosos. Un incesante problema de juego y actitud que enmarca la falta de tiro exterior que está destrozando a los angelinos: 25/118 en triples, 21%, nueve puntos porcentuales peor que el segundo peor equipo. Una buena defensa (quinta de la NBA) no sirve para nada: los Lakers tienen el peor ataque, el peor porcentaje en tiros de campo y el peor desde la línea de tres. “No la metemos en una piscina”, dijo resignado un LeBron que también había señalado días antes a los arquitectos de los despachos: “No es que seamos un equipo con gente esperando para disparar su láser…”.
Westbrook tiene 33 años y lleva 15 en la NBA. Ha sido MVP (2017), doce veces all star y oro olímpico (2012). Pero a su declive físico, lo que era su gran virtud, ha añadido una actitud tozuda y extravagante. Incapaz de adaptarse a otra forma de jugar o de reconocer sus debilidades, el jugador que promedió un triple-doble cuatro veces entre 2016 y 2021 marcha ahora de forma lastimosa: 10 puntos y 4,3 asistencias de media con un 29% en tiros totales y un 8% en triples. Traspasado tres veces en tres veranos (de OKC a Houston, de ahí a Washington y finalmente a L.A.) su contrato, una extensión de 205 millones firmada en 2017, es un lastre que hunde a unos Lakers que siguen pasmados, sin capacidad de reacción y metidos en un sainete mediático constante. Puede que Westbrook, finalmente, salga traspasado en algún punto de las próximas semanas. Pero entonces habrá que hacerse dos preguntas: si todavía se está a tiempo y, sobre todo, por qué no se ha hecho antes.
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