Día para soñar a lo grande
La Real se juega en casa ser campeona de grupo ante el United ● Le vale empatar o perder por la mínima
No es un día cualquiera en San Sebastián. Es una tarde para soñar a lo grande. Porque todo lo que ha hecho la Real Sociedad hasta ahora en la Europa League de este año le conduce a la cita gigante de hoy, en la que se juega hacer historia y, por extensión, su futuro en la competición continental. El equipo donostiarra se juega ser campeón de su grupo y, por tanto, pasar directamente a los octavos de final, recibiendo en el Reale Arena a todo un United.
Y con todo a su favor. Aunque sin confianzas. Porque le basta con empatar y con cualquier derrota que sea por la mínima. Eso será suficiente para terminar primero esta fase. Es uno de esos partidos que se recordarán siempre, pase lo que pase, para bien o para mal. Porque lo de hoy es uno de esos partidos de puerta grande o enfermería. Una final en toda regla, por mucho que haya quien le quiera quitar hierro al asunto aduciendo que el objetivo de clasificarse ya está conseguido. Sí, tiene mucha importancia, porque no es lo mismo terminar primero que segundo, y en la Real lo saben muy bien, porque ya lo han sufrido en años anteriores.
El grupo de Imanol es ambicioso. Se ha impuesto ganar al United y cerrar una fase de grupos impoluta, ganando todos los partidos, algo que no muchos equipos pueden decir que hayan conseguido, aunque sea solo una sola vez. Imanol no quiere oír hablar de las cuentas de la lechera. Y seguramente, ese sea el mejor camino para evitar sustos innecesarios. Quedar segundo habiendo sumado 15 puntos sería increíble. El reto, por tanto, es mayúsculo y gigantesco. Imanol tiene a casi todas sus estrellas fuera por lesión: Silva, Oyarzabal, Sadiq, Kubo, Cho y Barrenetxea. Un lujo para un club como el donostiarra. Será el turno de Brais Méndez, el verdugo de Old Trafford.