Alonso y sus compañeros

Fernando Alonso y Lewis Hamilton mantienen una relación de amor y odio desde hace 15 años. Con más odio que amor, también hay que decirlo. Se repelen y se admiran. Por eso, aunque con frecuencia entierran el hacha y se lanzan flores, cada cierto tiempo brota su verdadera naturaleza y se enzarzan en alguna polémica. Esta temporada han tenido dos roces, el último bastante reciente, después de que el español hiciera una reflexión en De Telegraaf sobre el mérito menor de proclamarse campeón ante un compañero de escudería. Fue fácil entender una alusión al británico, ampliada por los altavoces de las redes sociales. Y Hamilton, que tiene facilidad para entrar al trapo, contestó con una foto en la que se le veía en lo alto del podio de Indianápolis 2007 por encima de Alonso. De aquel Mundial en el que coincidieron en McLaren vienen estos lodos. Uno por otro, aquel título se lo llevó Kimi Raikkonen, mientras que Lewis y Fernando empataron a puntos, pero con el inglés arriba en la clasificación.

Aquella fue una de las pocas veces que el compañero ha superado al español. De hecho, Alonso protagoniza una relevante estadística en la Fórmula 1, porque se trata del piloto con mayor hegemonía sobre su colega en la historia. El domingo, en México, Alonso

se enfadó por la avería de su Alpine, mientras insinuaba un trato de favor a su compañero: “Otra vez el coche 14, como siempre”. Es fácil deducir que un objetivo antes de irse a Aston Martin es volver a adelantar a Esteban Ocon en el campeonato, para mantener esa supremacía sobre el otro piloto. En la pista, el asturiano ha sido superior, pero la clasificación dicta lo contrario, básicamente porque Alonso se ha retirado cuatro veces por problemas de fiabilidad, por la mitad de Ocon. Tiene toda la razón para quejarse. Quiere ser el mejor de Alpine. Porque ganar al compañero, sí tiene mérito en la F1.