AS (Sevilla)

Mbappé toma el mando

Las importante­s bajas en la selección francesa aumentan la relevancia del delantero del PSG

- ANDRÉS ONRUBIA

La historia del fútbol cita a Francia ante un hito casi imposible: ser la primera selección desde Brasil en 1962 que revalida el título de campeona del mundo. El desafío es enorme, inalcanzab­le para las últimas cuatro campeonas del mundo, que además se fueron eliminadas en la primera fase. A esto hay que sumarle las últimas lesiones, sobre todo la de Benzema, que ponen en jaque la continuida­d del proyecto francés.

La Francia de Deschamps, que vive sus últimos coletazos, pues todo indica que no renovará después de Qatar, inicia su andadura en el Mundial a las 20:00 (GOL Mundial) ante Australia en el Al Janoub Stadium, situado en Al Wakrah. El destino ha querido que el rival con el que debutó en Kazán hace cuatro años sea el primer escollo que ponga en jaque la corona francesa, que ya sufrió en 2002, en Corea y Japón, un revés en la primera y única vez que ha defendido estrella.

El Mundial no espera a nadie. Ni siquiera al mejor del mundo. Benzema, que no estuvo en Rusia, tampoco estará en Qatar. El tiempo se agota. El ciclo Deschamps, también. El selecciona­dor afronta el que puede ser su último gran torneo con Francia con un equipo repleto de jóvenes, jovencísim­os, que teme la ausencia de un líder que pueda asumir las riendas cuando la tormenta avisa.

El técnico tiene ya perfilado el once del debut, una especie de 4-3-3 con Griezmann de interior y con Dembélé y Mbappé secundando a Giroud, que tiene a tiro el récord de Henry (está a dos goles). La única duda de Deschamps radica en la defensa. La incertidum­bre existirá hasta el final entre Varane y Upamecano, que formarán pareja con Konaté, central del Liverpool. Las lesiones de Kimpembe, Nkunku y Benzema, unidas a las de Pogba y Kanté, obligan al selecciona­dor francés a modificar algunas de sus piezas en la alineación.

Australia se presenta en su quinto Mundial consecutiv­o, el cuarto desde que tomó la decisión de marcharse a Asia para aumentar el nivel de competitiv­idad. Sin una generación dorada, como sí era la de Tim Cahill, los socceroos se aferran a la calidad de Aaaron Moy y la solidez de Ryan en portería para intentar emular a Senegal en 2002, selección que amargó el debut de los franceses en el primer partido después de ganar su primer Mundial.

Hándicap Benzema, Nkunku, Kimpembe, Pogba y Kanté, ausentes Objetivo Australia quiere imitar a la Senegal de 2002 y amargar el debut ‘bleu’

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Mbappé, durante un entrenamie­nto en Doha.

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