Makuc salva la fiesta del Barça ante el Kiel
El esloveno dedica su mejor día a Víctor Tomás
La fiesta del Barça a su viejo capitán Víctor Tomás estaba prepara al detalle para retirarle la camiseta con su número 8, con compañeros y amigos (Juanín García, Saric, Noddesbo, Nagy...) en la grada. Todo, menos el resultado ante el Kiel, el otro grande de Europa, que dominó el partido hasta la recta final, cuando los barcelonistas reaccionaron, que de menos tres (16-19) acabaron con más dos (26-24).
La culpa de esta victoria la tiene un actor secundario hasta ahora, porque el central esloveno Domen Makuc parecía perdido en el banquillo de Carlos Ortega, que ha preferido a Janc o a Richardson para dar descanso a Cindric sin que se supiese por qué tenía tan desplazado a la que pasa por ser una de las joyas del Palau.
Pero en este encuentro, en el que Cindric estaba apagado (en su peor momento de la temporada), en el que los pases al pivote (Fabregas o Frade) eran una lotería, en el que jugadores como Mem o Aléix Gómez andaban revolucionados, salió Makuc y cambió el partido. Porque mandó el ritmo correcto de los suyos, porque aportó seis goles para ser el máximo goleador azulgrana, porque repartió asistencias (gracias a él marcó Fabregas en un día gris del pivote) y salvó situaciones comprometidas. Es su mejor partido en la Champions de manera objetiva, y posiblemente el más importante desde que esta en el Barça: delante de un Palau lleno evitó la derrota y le dedicó la victoria a un emocionado Víctor Tomás que no quería que se estropease su día.
Se salvó el Barça en un choque en que estuvo disperso, y pagó el peaje de la lesión de Ariño, el mejor hasta entonces.