Marco Asensio fue la única luz
Buen estreno del mallorquín Debutaron los canteranos Enzo Zidane, Mariano, Febas y Achraf
Repaso a la francesa en el primer bolo del Real Madrid en su periplo por Estados Unidos. El campeón de Europa está aún desperezándose y Unai Emery no se lo perdonó. El entrenador vasco apareció por Columbus con un PSG ya encarrilado y bastante más trabajado y cuando apenas había terminado el himno de las barras y las estrellas, el equipo que entrena Zinedine Zidane ya perdía por un tempranero 0-1. El gol fue consecuencia de una ensalada de errores que empezó en Varane, continuó con Nacho y terminó de aliñar Marcelo. Ikoné, que pasaba por allí, ajustició sin piedad a Kiko Casilla.
Una de las primeras conclusiones que dejará este bolo veraniego es que para evaluar qué Morata ha regresado de Turín, todavía habrá que esperar al partido del próximo sábado frente al Chelsea de Antonio Conte (21.00, Antena 3) . El ariete blanco vivió en la desesperación acompañado de un Jesé que pasó inadvertido en el 4-4-2 prometido por Zizou en la rueda de prensa previa al encuentro. Benzema no actuó por una sobrecarga y el canario parece asumir que a la vuelta a España tendrá que probar fortuna en otro equipo. Y en esas estaba el Madrid, con Kovacic e Isco intentando armar el juego que armarán Kroos y Modric más adelante, cuando dos nuevos errores defensivos pintaron en el marcador electrónico un 0-3 sorprendente e inesperado para la mayoría de los aficionados que abarrotaban el estadio estadounidense. Los dos tantos los hizo el lateral belga Meunier, el tercero en una pérdida grosera de Kovacic al sacar la pelota. El gol de penalti de Marcelo en una acción de Isco, la única luz que pudo atisbarse en el partido, fue casi una mera anécdota.
Entre tiempos muertos para que los jugadores bebieran agua y un señor que regó manguera en mano el césped al descanso, detalle increíble en uno de los países tecnológicamente más avanzados del mundo, el Madrid andaba como despistado por el Ohio Stadium. En La Herradura sólo se veían caballos parisinos, con Meunier muy brioso y Lucas Moura regalando arabescos.
La segunda parte fue otro Madrid. Literalmente. Zidane cambió a todo el equipo, tal y como ya había anunciado: “Van a jugar todos por su esfuerzo y sacrificio. Como han trabajado muy bien durante estos días, todos tendrán unos pocos minutos”. Y vimos a Asensio, como para no verlo. Asumiendo que estaba rodeado de medio Castilla (Odegaard, Febas, Lienhar t, Tejero, Achraf, Mariano...), el balear tiró de gallardía. Y de su exquisita pierna zurda, que habla por sí misma.
Con Asensio lanzándose en solitario contra el entramado defensivo de Emer y y Yáñez evitando ocasiones francesas, al Madrid se le hizo la noche en Ohio y sólo se añadió el morbo de contar sobre el césped con el acomodado Di María, que se quedó con la ganas de marcar.
En tres días llega el siguiente show en el tour, contra el Chelsea de Conte, otro zorro de los banquillos que no regala partidos amistosos. Zidane tendrá que encontrar las primeras soluciones porque la Supercopa frente al Sevilla estará a sólo nueve días vista.