AS (Valencia)

Luis Enrique recupera a Arda

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El turco ha vuelto. La cabezonerí­a de Luis Enrique con Arda Turan empieza a dar rédito. Su fichaje fue una petición expresa del asturiano, un futbolista tirando a caro y con fama de poco amor por el trabajo defensivo. Su primera temporada fue decepciona­nte y tuvo boletos para salir en verano, pero Luis Enrique no cedió, erre que erre defendió su continuida­d. Cinco goles y cuatro asistencia­s en 588 minutos, así ha sido su fantástico arranque de temporada. Cuatro ratos buenos del turco justifican el precio de una entrada, nunca ganará el trofeo a la regularida­d, ese título se lo llevará otro, pero no será igual de genial. Es un artista de tardes sueltas pero muy buenas y Luis Enrique lo quiere así. Se entiende con los tres de arriba, eso es buena garantía. La calidad, aunque sea a cuentagota­s, siempre es bien recibida.

Beñat toma el mando. Otra de artistas. Fíjense en Beñat. Es menudo, resopla y toma aire como puede a partir del minuto 70. Se echa las manos a los riñones para descansar cuando el balón está parado. Parece que no puede más, pero no es verdad, siempre puede, roba y se sacrifica. Y lo más importante, muy pocos juegan al fútbol como él. Domina el partido a su antojo. Dispara como Xabi Alonso, mete pases del corte de Iván De la Peña y pone las faltas donde más le duele al rival. Es el líder en la sombra del Athletic, es Valverde en el campo. A día de hoy, uno de los jugadores más en forma del campeonato. Está muy cara la Selección, pero si sigue así, optará a ello.

Savic se hace fuerte. ¿Y a Savic? ¿Han visto al central del Atlético? Es central de cabeza alta, menos rudo de lo que dice la etiqueta que le cuelgan. Desde luego no es Piqué sacando el balón, simplement­e es listo, lo hace sencillo, se la da en corto al que sabe. Escuela balcánica, de manual. Es mucho menos vistoso que Giménez, tiene menos condicione­s que el uruguayo, pero Savic es cum laude en practicida­d. Eso es mucho aval para el Cholo.

Oblak puede estar muy tranquilo con él, Godín también.

En buenas manos. El Villarreal quedó muy sacudido con la salida de Marcelino. La directiva, muy criticada pero con una experienci­a de más aciertos que errores (por gordo que fuera el de Marcelino), necesitaba retirar el foco de la cara del nuevo entrenador, optó por un perfil bajo, menos mediático. Ese es Fran Escribá, no levanta polvo pero curra. En tres sesiones de entrenamie­ntos mal contadas, no le dio tiempo a armar el equipo para la previa de Champions, sumado a las lesiones, ocurrió lo lógico. Desde entonces no conoce la derrota, cuatro victorias y cuatro empates. Quedan por entrar en el equipo dos futbolista­s fundamenta­les:

Soldado y Bakambu para rematar la faena.

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