No sabemos hacer otra cosa, hasta el final pelearemos
Es un día importante para muchos
Carlos Matallanas puede escribir por un sistema a través de sus pupilas. Fue su hermano Gonzalo quien ayer leyó su emotivo discurso.
Muy buenas a todos y gracias por asistir. Gracias a la AFE y especialmente a Luis Rubiales por su respaldo constante, que permite, entre otras muchas cosas, que tenga lugar un acto como éste.
Hoy es un día importante para unas cuantas personas que llevamos con este proyecto en mente desde hace más de un año. Sobre cómo he vivido el azaroso proceso ya me explico con detalle en la introducción del libro. Así que no voy a entretenerme en eso ahora.
Lo primero que quiero y debo hacer es destacar el entusiasmo y las ganas de
Iñaki Martínez, sin él nunca existiría este libro. Fue él quien lo imaginó, quien nos lo propuso, quien peleó por darle forma, quien corrigió el rumbo cuando su criterio le advirtió, y quien, tras un infortunio empresarial, dio siempre prioridad a que el libro debía estar a la altura de lo ideado, siendo secundario dónde se publicara finalmente. Si todos los implicados estamos orgullosos por participar de un proyecto único y de alta calidad, es en gran parte por la contribución incansable de Iñaki. Junto a él, mi hermano Javier ha sustentado el proyecto desde el primer día, y de esa implicación nace todo lo que vino después. Su gran amistad con Antonio Sanz hizo que todos los pasos que ha habido que ir dando teniendo en cuenta a Fernando Torres, desde la gestación del vídeo que es la génesis del libro hasta esta presentación, hayan surgido con total naturalidad.
A este trío se unió la última pieza crucial, y quien ha dado forma definitiva al libro. Petón respondió afirmativamente a mi propuesta de que fuera él quien profundizara en aquella conversación entre Fernando y yo. Le sobraba conocimiento y capacidad para que cualquier lector se interese por lo que en estas páginas queríamos contar. Conocida es por muchos aficionados al fútbol su facilidad para narrar historias o contar anécdotas, siempre con requiebros y bonitos adornos que buscan destacar lo épico de cualquier vida. Esas licencias propias de su estilo por supuesto que también están en este libro, es lo que da fluidez a la historia. Pero por encima de todo, lo importante es que los hechos que queríamos contar y que sucedieron están íntegros en el libro. Aunque no se me va a quitar nunca el pudor de ver mi modestísima y anónima carrera deportiva así contada y puesta a la altura de la de Fernando. Si eso al final es pertinente y despierta el interés de muchos lectores, será sin duda por cómo Petón lo compuso y lo redactó.
De la mano de Petón, la editorial Córner apareció en el momento oportuno para dar el empujón definitivo al proyecto editorial. La apuesta es fuerte y su decisión para que este libro destaque en las estanterías es firme y sincera.
Y por último poco más puedo decirle a Fernando. Su apoyo en la distancia va más allá de proyectos como este. Lo siento constante y sincero. Quién nos iba a decir a todos nosotros cuando con 13 o 14 años venían él, Óscar
Meléndez, mi hermano Gonzalo y algún compañero más de su equipo a pasar la tarde a nuestra casa tras un partido, que años después nos íbamos a ver en esta situación. Como digo en la introducción del libro, evidentemente todos los que estamos en este proyecto preferiríamos que este libro jamás hubiera tenido que hacerse. Pero una vez admitidos los goles que nos ha marcado a traición la vida, es una verdadera suerte pertenecer a este equipazo. Pelearemos juntos hasta el final. No sabemos hacer otra cosa.