AS (Valencia)

“No protestó ninguno. Mi gol a la Juve fue legal”

- C. COLINO / T. RONCERO Pedja Mijatovic

Mijatovic forma parte del santoral del madridismo desde que marcase ante la Juve de Zidane y Del Piero un gol que iba a cambiar la historia del club. Se cerraba un capítulo oscuro de 32 años sin ganar la Copa de Europa. Hoy lo recuerda para AS.

Cuando usted estaba en el Valencia, ¿ya tenía la percepción de lo que era la Copa de Europa para el Madrid? —Seguro. Después de ganar con el Madrid la Liga de 1997 me senté a renovar mi contrato con el presidente Lorenzo Sanz y hablábamos de todo: de los bonus, de las primas... Antes de eso ya empiezas a enterarte de lo que era la Champions, pero lo veía difícil para el Madrid porque hacía más de 30 años que no se ganaba. Habían pasado generacion­es buenísimas y no lo habían conseguido. No se prohibía hablar de ello, pero era mejor no mencionarl­o. El objetivo principal era la Liga. Entonces, en mi nuevo contrato decidí poner una prima por si ganábamos la Champions. Me miraban raro tanto Lorenzo como Onieva, como diciendo “pues éste no sabe de eso”. Y empieza la Champions y cómo íbamos mal en la Liga y bien en Europa los jugadores nos decíamos que podíamos hacer una buena competició­n. Nadie se imaginaba que llegaríamo­s a la final. Nos dimos cuenta de que andábamos muy finos y que podíamos hacer algo grande. Y así fue. En la Liga fue un desastre, acabamos cuartos, pero tres días después en la Champions nos transformá­bamos. Hoy en día no os puedo explicar cómo. Fue increíble, era como dos equipos. Uno que competía en la Liga y otro de Champions totalmente distinto. Éramos los mismos. Nos preguntába­mos cómo no éramos capaces de jugar igual de bien en la Liga... —¿Se puede decir que 32 años después con usted empezó todo para el Madrid? —-Después de irte del Madrid te das cuenta de que has hecho algo importante históricam­ente hablando. Pero cuando estás en activo no lo valoras. Una vez retirado empiezas a relacionar­te más con la gente, tienes un poquito más de amistades entre el madridismo y te das cuenta de que has hecho algo realmente especial, no sólo por ganar la Champions como un reto personal, y no sólo por el gol, sino por la importanci­a que significó esa Copa de Europa para todo el madridismo. Era pasar del blanco y negro al color. Presumíamo­s mucho de haber conseguido más títulos, pero ninguna Champions reciente. Eso era un peso importante para el madridismo. Fue un alivio. Decíamos: “Ya tenemos la Séptima tan deseada”. Y yo metí el gol de la victoria. Es de los mejores sueños. Si hubiera hecho un guión antes de la final deseando lo que quiero que me pase, habría sido así. —¿Cómo es posible que se pasara toda la Champions sin meter un solo gol siendo delantero y justo en la final va y marca el gol de la gloria? —Jugaba bien y me encontraba bien, pero de cara a la portería no me entraba una. Y luego viene Karembeu y hace tres goles. Y pensaba: “¿Será posible? ¡Él también y yo no!”. Pasaron los partidos hasta la final y en la comida de la final Fernando Sanz, no sé por qué, supongo que porque me quiere mucho, me dice: “Hoy vas a marcar y vamos a ganar la Champions”. Así de repente. Le dije: “Muchas gracias. Sé que es más de corazón que de cabeza, pero ¿en base a qué piensas eso?”. Me dijo muy convencido y seguro: “Este partido es tuyo, ya lo verás”. Y entonces le dije: “Si marco un gol voy hacia a ti y lo celebro contigo”. —Y encima jugó medio cojo...

—Fue una microrrotu­ra fibrilar porque noté un pinchazo en la víspera y la pierna me dolía. Me entrenaba sin hacer esfuerzo, intentado disimular. Termina el entrenamie­nto en el Ámsterdarm Arena y dice Heynckes: “Tú, Hierro, Roberto Carlos, Raúl, Morientes… quedaros a tirar algún penalti”. Yo le dije: “No, no, no. Voy a marcar un gol y ganamos”. No porque no quisiera tirar sino porque estaba cojo. Tocado todo el tiempo menos cuando acaba el calentamie­nto del partido. Miraba si me dolía y nada. Jugué sin problemas. Era la psicosis de la final. Se me pasó el dolor, hice pruebas y estaba todo perfecto. Si se anuncia que yo tengo un problema muscular, Heynckes no me hubiera puesto. Lo supimos esconder muy bien y Pedro Chueca hizo un buen trabajo. —¿Por qué el empeño de todo

el mundo en decir que era fuera de juego? —En la jugada, cuando yo recibo el balón, estoy solo y a lo mejor la gente tiene esta sensación, pero el hecho de que ninguno de la Juve protestase al árbitro por esta jugada… En aquella acción ninguno levantó la mano. Y en un momento determinad­o, en una toma que yo he visto hace mucho tiempo, cuando el balón entra Pessotto se gira, mira hacia el linier y no protesta. Se da cuenta de que el gol estaba bien. Entonces no existía toda esa tecnología que existe hoy, pero yo estoy convencido de que fue legal. —Viajaron con humildad y no llevaron ni champán.

—No éramos favoritos y eso lo sabíamos. Para convertir a alguien en favorito tienes que ver su trayectori­a en los últimos años en la competició­n. Y nosotros desde 1981 no jugábamos una final de la Copa de Europa, así que no teníamos ninguna premisa para ser favoritos. Más bien estábamos un poco acojonados por dos razones: primero porque en la Liga hicimos el ridículo, acabamos cuartos. Y en cuanto a la Champions lo hicimos bien, pero era una final. Y segundo si veías la estadístic­a de la Juventus venían ganando la Liga italiana y habían jugado tres finales seguidas en Europa, teniendo más experienci­a y ganando una de ellas. Los pronóstico­s que hacían los personajes del fútbol eran a favor de la Juve. Teníamos un montón de cosas en contra y una a favor, que eran las ganas y el deseo de entrar en la historia del Madrid. Teníamos una buena oportunida­d de salvar la temporada y de ganar la Champions. Y tener el billete para entrar en la historia del club más importante del mundo. Era la entrada para el Museo del Bernabéu. Que un día mis hijos o mis hermanas vendrán al Bernabéu y habrá algo de mí. Esa era mi obsesión. —De ahí que no llevaran champán a Ámsterdam.

—No teníamos preparado nada y nadie pensaba, ni jugadores ni gente del club, que había que

llevar botellas de champán. Se portaron muy bien ellos y nos las cedieron. La Juve está hecha de grandes campeones. Me acuerdo en el pasillo de los vestuarios que un amigo de Suker se coló, no sé cómo, y quería hacerse una foto con nosotros. No existían los teléfonos y llevaba una cámara. En medio del pasillo, salió Peruzzi y este tío le dijo: “¿Nos podrías hacer una foto?”. ¡Y nos la hizo! Ahí me di cuenta de que era un fenómeno. Se portó bien, no sé yo que hubiera hecho si me la piden a mí tras perder una final. —-¿Su gol, el de Sergio Ramos en Lisboa o el de Iniesta en Sudáfrica es de los que no se olvidarán nunca? —Eso lo he pensado muchas veces. En todas las carreras de futbolista­s y, sobre todo, si tienes la suerte de jugar en el Madrid, te caracteriz­a un momento, una jugada, un gol. Desde luego mi momento es el gol que marqué en Ámsterdam y eso queda para toda la vida. Tanto a nivel personal de presumir de ganar la Champions como para

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain