“No sé si veré a alguien que me supere aquí”

¿Fue esta su celebración más emocionante en Roland Garros?

—Bueno, fue uno de los años más emocionantes aquí. Fue especial por los detalles: la Copa que me llevo, que me la diera mi tío, el vídeo que me hicieron las chicas de la recepción para animarme, el que me pusieron durante la ceremonia de entrega de premios… Ha sido todo muy bonito. —¿Cree que esta edición ha sido un calco de la de 2008? —Aunque desde fuera los resultados parecieran cómodos, al final para mí es el torneo más importante del año. Cuando llego aquí, los nervios son importantes, porque las oportunidades de hacerlo bien cada vez son menores por los años que tengo. El año pasado fue una oportunidad pérdida y este año tenía una nueva. —¿Cuál fue el partido más difícil esta vez?

—La semifinal y la final siempre lo son por los nervios, pero el set más difícil que tuve fue el segundo en primera ronda ante Benoit Paire. —¿Se fijó en los gestos de Wawrinka durante el partido?

—Bastante tengo con lo mío como para mirar al contrario.

Cuando rompió la raqueta más que verlo lo oí. Sí que leo los partidos y busco los momentos en los que puedo sacar puntos importantes. —¿En la final hizo su mejor partido del año?

—No creo que fuera ni siquiera el mejor de este Roland Garros. Fue lo suficientemente bueno para ganar. Pero sensación de pelota la tuve mejor contra Basilashvili. En la final lo que sentí fueron nervios, no me encontré tan cómodo. Quitando los cinco primeros juegos, estuve a buen nivel, pero otros días me sentí más libre. Sí que he sacado mejor que ningún día, porque era lo que peor estaba haciendo. —¿Qué le proporciona la gesta de ganar diez veces en París?

—Felicidad, lo demás hay que seguir ganándoselo. Lo que he hecho lo puede hacer otro, pero es verdad que se tienen que dar muchas circunstancias para que ocurra. Sí me hace ilusión tener algo así y que quede para la historia. No sé si veré a alguien que me supere aquí. —¿Cómo valora el hecho de ser otra vez el número dos?

—No me preocupa tanto el ranking como la carrera al Masters, ahí estoy bien colocado y si las lesiones me respetan puedo optar a algo muy bonito. —¿Con su estado de forma se ve animado y en condiciones de ganar en Wimbledon? —Estoy animado, no es mi especialidad ahora, pero durante muchos años lo hice bien. Jugué cinco finales seguidas en hierba. Llevo unos años sin hacer buenos torneos allí. Tuve problemas en la rodillas en

2012 y se me hizo más complicado, porque el apoyo en hierba es más bajo y la posición más inestable. Si llego sano y paso los dos primeros partidos, que son muy peligrosos, puede pasar cualquier cosa. —¿Cuando vino a Paris por primera vez en 2005 se imaginaba todo este éxito? —En 2005 me imaginaba que en 2017 estaría pescando en Mallorca. No sabía que iba a tener una carrera tan larga y con tantos éxitos. —¿Se plantea alguna vez hasta cuando jugará?

—No me lo planteo porque no soy tan metódico, soy más bien una persona desordenada que va viendo las cosas. Seguiré si sigo feliz jugando, cuando me levante y no lo sea, lo dejaré y haré otra cosa. De momento me levanto con ilusión y ganas de hacer lo que hago siempre. —¿Durante los tres años que no ganó Grand Slams tuvo miedos, dudas o aprehensiones? —Tengo dudas todos los días. Y creo que es bueno, porque las dudas te dan la posibilidad de trabajar con más intensidad, ser más humilde y aceptar que necesitas trabajar. Dudo para mejorar. En esos años las tuve. Ahora las tengo a veces, porque en el tenis cada semana es una historia. Tengo dudas porque no me considero arrogante. Por eso creo que tengo éxito. —¿Cuál fue su momento más duro en Roland Garros?

—Probablemente, cuando perdí con Soderling en 2009. Peor que la derrota de 2015 (contra Djokovic). El año pasado tampoco fue nada fácil.

Expectativas

“Cuando vine en 2005 me imaginaba que en 2017 estaría pescando en Mallorca”

Dudas

“Las tengo todos los días. Y es bueno porque te hacen trabajar con más intensidad”