Muchos casos en la historia que sembraron serias dudas
■ El caso de Diarra no es el único que ha levantado suspicacias dentro de una filosofía con mil reinterpretaciones. De hecho, en la actual plantilla hay dos futbolistas sobre los que existen interrogantes. Laporte,
una de las estrellas, nació en Agen (Francia), a casi 400 kilómetros de Bilbao.
Pero se le fidelizó reclutándole a los 15 años en el Aviron Bayonnais, uno de los equipos convenidos en el País Vasco francés.
Por su parte, Saborit,
captado de la cantera del Espanyol, aterrizó en Vitoria
con 16 años por una oferta laboral de su madre. El Athletic lo colocó en el Juvenil A de Lezama.
Fernando Llorente es otro de los grandes de la época reciente. Nació en Pamplona, aunque a los pocos días viajó a la localidad de la que es natural su familia y donde se crió, en Rincón de Soto (La Rioja). La filosofía no escrita dice que se puede jugar en el Athletic si has nacido en uno de los territorios de Euskal Herria o si te has criado en una cantera vasca. Es decir, Llorente entra. Y lo que más le identifica es que llegó a Lezama con 11 años, al Alevín.
Distintos son los casos de David López y Santi Ezquerro, riojanos de pura cepa pero que pasaron el corte tras un año en Osasuna. El pacense Manuel Núñez coló tras un paso ya mayor por el Sestao. Con Ernesto Valverde no hay duda: nació en Viandar de la Vera (Cáceres) pero se crió en Vitoria.
El Athletic también se nutre de sus escuelas en la localidad alavesa de Oyón (a cuatro kilómetros de Logroño), con jugadores riojanos, y en Castro Urdiales, con cántabros y vizcaínos.