AS (Valencia)

Marcelino se gana al vestuario por coherencia

Dialoga y consensúa hasta cómo defender los córners

- CONRADO VALLE

El Valencia se despidió de las instalacio­nes de Evian-Les-Bains con una foto de familia, algo que hacía tiempo no sucedía en una estadía. Marcelino y su cuerpo técnico han dado en apenas ocho días un giro de 180º al vestuario. El proyecto toma cuerpo con paso firme. Sin prisas y sin fisuras.

Descartes: la línea roja. El Valencia regresa hoy de Evian-Les-Bains con ocho goles en dos partidos y sin encajar en ninguno de ellos. Pero eso a estas alturas es lo de menos. Marcelino y su cuerpo técnico han conseguido mucho en poco tiempo. En concreto en solo ocho días de estadía en Francia. En la concentrac­ión se ha respirado un ambiente normal. De fútbol. De pretempora­da. Ni malos rollos ni desmanes. Y los técnicos y personal del club, e inclusive algún jugador, no oculta que una de las claves para ello radica en la línea roja que pactó Marcelino con Mateo Alemany (la química con el entrenador es una de las claves del cambio) y Peter Lim: futbolista­s como Enzo Pérez, Diego Alves o Aderlan Santos no tenían que estar simplement­e porque con ellos no contaría.

Saca rendimient­o. Marcelino tiene una fama que le acompaña por los vestuarios a los que entrena, un boca a boca entre futbolista­s: saca rendimient­o a los jugadores que tiene. Por ello se ha visto un gen competitiv­o en EvianLes-Bains, inclusive entre aquellos jugadores cuyo futuro es incierto. Estos han entendido que entrenar bien con Marcelino les ayudará a desembarca­r mejor en sus destinos. Y hay otro plus, jugadores como Orellana, Zaza o el propio Neto, saben que al final de temporada hay un Mundial y solo si rinden en su club tendrán opciones.

Ser un equipo. En la estadía Marcelino ha empezado a inculcar la que es su máxima, su única forma de entender el fútbol: “Equipo”. Marcelino, que para nada está nervioso con el ritmo de la planificac­ión de la plantilla, quiere tener a 31 de agosto un equipo competitiv­o y no nombres llamativos. El técnico prima la función que cada futbolista hace en beneficio del equipo a los recursos individual­es que puede cada uno de ellos realizar.

Capitanes. En los dos amistosos en Suiza, el brazalete lo han llevado Parejo y Jaume. Ellos son dos candidatos firmes a serlo. Pero hasta el 31 de agosto, cuando se cierre la plantilla, no se decidirán los cuatro que habrá. Marcelino no es de meterse en la elección. Jamás impone a dedo. Respeta la fórmula que tiene cada club. Pero sí quita el brazalete a aquellos que entiende no cumplen con los valores que tiene que tener un capitán de sus equipos: lealtad y compromiso.

Mensaje directo. Los futbolista­s han entendido a la perfección lo que Marcelino quiere de ellos. La identidad del equipo se ha empezado a ver en los dos partidos disputados. Orden y velocidad. Los técnicos le otorgan importanci­a tanto a saber qué hacer con el balón como a leer los espacios. El 4-4-2 es un esquema que a día de hoy no tiene intención Marcelino de cambiar y menos aún porque los futbolista­s lo entienden. Y clave para ello es su mensaje: directo, conciso y dialogante. Marcelino tiene fama de ‘sargento,’ si bien, aún siendo estricto, consensúa o consulta al menos la mayoría de cosas con el vestuario. Inclusive, por ejemplo, si defender los córners en zona o al hombre. Él adecua su librillo a la forma en la que los futbolista­s se sienten más seguros, y poco a poco les va llevando a su ideal.

Los que llegan. Cancelo, al que ven más de interior que de lateral; Carlos Soler, al quiere probar de ‘6’ y de ‘8’; Nani, de quien destacan su calidad y polivalenc­ia; así como Gayà, no viajarán a la gira por Canadá y EE UU. Estarán en Paterna cuando se incorporen al trabajo físico.

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 ??  ?? MUCHO TRABAJO. Marcelino da órdenes a sus jugadores durante un entrenamie­nto celebrado en Evian-Les-Bains.
MUCHO TRABAJO. Marcelino da órdenes a sus jugadores durante un entrenamie­nto celebrado en Evian-Les-Bains.

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