El Valencia hará fichajes sin hipotecar el futuro
Alemany y Marcelino no solo piensan a corto plazo a la hora de planificar Se ve difícil ‘españolizar’ el equipo
Sintonía Alemany y Marcelino hablan el mismo lenguaje futbolístico
Salidas Con Enzo, Santos, Alves... y Sivera se hace hueco de Fair Play
Mateo Alemany y Marcelino transmiten calma, control y confianza. Ninguno se imagina un Valencia sin refuerzos (en plural). Pero la cantinela que repiten es la de que el “mercado está abierto hasta el 31 de agosto”.
Marcelino García Toral está tranquilo. Sabe que la plantilla se va a reforzar y asume que hasta el 31 de agosto no estará cerrada. Eso no le preocupa. Lo recalca, se le ve. Él y Mateo Alemany insisten en que la clave está en acertar. La sintonía entre ellos es tal que tienen el mismo verbo. De momento han dejado constancia de que la cosa en el Valencia no es como era con las salidas.
Este año sí están saliendo futbolistas que el año pasado también estaban en la casilla de salida (Enzo Pérez y Aderlan Santos, también Diego Alves) y, sin embargo, acabaron saliendo aquellos a los que a principio de verano se les veía como puntales del proyecto, como André Gomes, Mustafi o Paco Alcácer.
Marcelino entiende a la perfección la coyuntura económica del Valencia. Las inversiones realizadas en los últimos años han hipotecado el presente. Lo pagado por futbolistas como Enzo, Abdennour, Negredo, Rodrigo o Santos estaba fuera de mercado y de la coyuntura de un club como el Valencia, que no puede fallar en incorporaciones de esa índole.
Ahora Mateo Alemany duerme metafóricamente con la hoja de Excell con el coste de plantilla en su mesita de noche. “El Valencia va a fichar, seguro”, apostilla el director general. Sabe que será así. Pero antes hay que dejar hueco en el Fair Play Financiero y tampoco se fichará por fichar.
Peter Lim ha encontrado en el trío Alemany, Marcelino y Alesanco la fórmula del consenso. Y esta vez parece que, aunque aún es pronto para conclusiones tajantes, él ha aprendido también y les deja trabajar sin inmiscuirse. En este sentido, la reestructuración realizada en el equipo de gestión del club lleva implícito un reconocimiento por parte del dueño de los errores cometidos: un presidente que habla castellano (Anil Murthy), un ejecutivo con experiencia en LaLiga, un entrenador con experiencia y una secretaría técnica amplia. Además Lim ha asumido la mala planificación en fichajes de años anteriores y ha aceptado la petición/exigencia de Marcelino de traspasar a los futbolistas que no hacían ningún beneficio al equipo como Enzo aún perdiendo por el camino 22 millones de euros.
Lo dicho, el Valencia hace hueco y a la vez mira con lupa las operaciones a realizar. Alemany y Marcelino entiendo que a la hora de concretar un fichaje deben tenerse en cuenta lo deportivo, lo económico y lo llamémosle social, es decir, que no altere el buen orden y ambiente del vestuario. Y una cuarta pata de la mesa, que no hipoteque el futuro. Un caso práctico, Raúl Albiol. Deportivamente encaja el central a la perfección; económicamente, seis millones de su cláusula, en términos financieros, son asumibles por el Valencia, como se ha demostrado con Neto; socialmente Albiol conoce y siente la casa... Pero a sus 31 años, y con su salario, un contrato de 4 años puede hipotecar el futuro. Y Alemany y Marcelino no solo piensan a corto plazo.
Los gestores del Valencia, además, aunque quisieran ‘españolizar’ el vestuario blanquinegro, son conscientes que en la coyunrua del club es complicada. La Premier League está tasando a los futbolistas de ‘perfil’ Valencia como Roque Mesa o Iborra a unos precios que no están alcance y menos aún los salarios que van a percibir. De ahí que el Valencia, para encontrar el perfil deportivo que espera Marcelino de los refuerzos, asume que tiene que mirar otros mercados.