“El día del Oviedo se me paró la cabeza; no podía seguir”
Pelegrín se despidió del Elche
Sergio Pelegrín se despidió ayer con un “hasta pronto” del Elche. Lo hizo al mismo tiempo que colgaba las botas a sus 38 años en el Martínez Valero, el mismo lugar donde, como reconoció, disfrutó de sus “mejores momentos” como futbolista. Llegó en 2010 para enrolarse en un reto complicado que le permitió pelear por el ascenso. Un éxito que consiguió en su tercer curso como franjiverde para saborear las mieles de la Primera División durante dos años consecutivos. “En el Elche logré alcanzar lo que había soñado desde niño”, reconoció emocionado.
Al Elche llegó con Bordalás, que ahora se lo lleva para ayudarle en el banquillo del Getafe, y donde volvió unir su carrera con sus dos grandes amigos en el campo: Albacar y Mantecón. Pelegrín justificó su decisión como consecuencia de las heridas que dejó abiertas, aún sin curar, el descenso: “Ese día se me paró la cabeza. Hace cuatro meses estaba con más fuerzas que nunca, pero el descenso me provocó un ‘click’ que me ha impedido continuar. No me siento capaz de volver a pisar un campo después del partido del Oviedo”. Hoy se le espera en el Alfonso Pérez Muñoz para conocer a Ángel Torres. Su sueño, adelantó, es
“ser entrenador”.
Caras nuevas. El Elche presentó ayer a Román Golobart. El central catalán dijo que “el nombre del Elche seduce y hace que los jugadores quieran venir”. “Se nota que quiere ascender y no debemos tener excusas”. Golobart destacó que la llamada de Mir, con quien trabajó en el Real Murcia, fue “importante” y que dejó su anterior equipo porque “quería un proyecto nuevo y la oferta del Elche era la más interesante”. Ayer por la tarde se unieron al trabajo Collantes y Provencio.
Proyecto El central salta al banquillo donde trabajará en el Getafe