AS (Valencia)

Demasiado EE UU para una España de plata

Un parcial de 8-1 decidió la final del Mundial de waterpolo

- ALBERTO MARTÍNEZ

La derrota no siempre es amarga, y menos cuando una plata te acompaña en la maleta. La Selección femenina de waterpolo escribió otra brillante historia en Budapest, con un equipo rejuveneci­do, aunque cayera ante Estados Unidos en la final del Mundial, sin paliativos, barrida (13-6). Este título es el quinto en las últimas ocho ediciones para ese conjunto formado por 12 Ledeckys del waterpolo.

El resultado puede parecer una carnicería, la mayor diferencia en una final hasta la fecha, pero hasta el ecuador del tercer parcial las americanas no se despegaron. La Selección estuvo sin marcar desde el primer minuto del tercer cuarto hasta el último del encuentro. Se obstruyó en el muro estadounid­ense (8-1).

Y eso que el comienzo fue esperanzad­or. España recuperó la defensa cooperativ­a de sus mejores ocasiones, con ayudas constantes. Estados Unidos no marcaba la diferencia en ataque con su físico, solo gracias a las superiorid­ades de las que disponía. Seidemann y Raney golpearon primero ante el martillazo de Bea Ortiz (2-1). Resistiero­n las chicas de Oca, que tienen la virtud de no pensar nunca en lo que ya ha ocurrido. Y, con esa mentalidad zen, empataron dos veces (Anni Espar y Bea Ortiz) en un electrizan­te segundo cuarto (3-3). Pero EEUU apretó en defensa, convirtió cada uno contra uno en un combate de sumo, y se encerró como una tortuga en su caparazón cuando España disfrutaba de superiorid­ades (5-3).

El tercer cuarto comenzó con un espejismo para las Guerreras. Anni Espar, brújula del conjunto español, marcó el 5-4 y redujo distancias, pero dos superiorid­ades consecutiv­as de las americanas ampliaron la diferencia a tres goles (7-4). La jugadora del CN Sabadell Neushul hirió por el costado derecho americano a una España que se quedaba a medio camino: si defendía a la boya, las lanzadoras anotaban; si marcaba a las lanzadoras, la boya generaba superiorid­ad. No hubo manera. Para más desgracia, Espar remató a los palos en dos ocasiones y Bea Ortiz en otra. Pero en este cuarto Estados Unidos fue una triturador­a. Las de Krikorian llegaron a ganar 9-4 y 10-5, desesperad­a España en ataque porque no encontraba ni suerte ni recursos ante el potencial americano.

Sin tiempo ni posibilida­des de reacción, la Selección nunca se rindió, y Estados Unidos tampoco, por lo que el partido siguió el cauce. La victoria fue para España como cruzar el Danubio con piedras (13-6). Pero la historia vuelve a empezar.

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DE PLATA. Las jugadoras de la Selección celebran su subcampeon­ato mundial después de la derrota en la final ante Estados Unidos ayer en Budapest.
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