Homenaje a Zubeldia en el adiós a su larga carrera
Cierra 20 años de profesional con el dorsal uno
San Sebastián despide hoy a un grande. Sí, están muchos gallos del último Tour, hay nombres ilustres y una ausencia que muchos lloran, la del lesionado Valverde, pero por esta vez las cámaras enfocan hacia otro lado, a la chepa de Haimar Zubeldia, el ciclista que se negaba a envejecer, un hombre que ha pasado por todos los estados posibles sobre dos ruedas: líder, colíder y gregario de lujo. Ante todo, es uno de los más queridos del pelotón. A sus 40 años, se lleva un protagonismo merecido en la Clásica de San Sebastián, con el dorsal uno que le cede gentilmente su compañero Mollema.
Atrás quedan 20 años en la élite. La organización dispensará un homenaje al corredor de Usurbil y su equipo, el Trek, le ha preparado una bici tuneada con sus grandes momentos. Euskaltel, Astana, RadioShack y Trek han sido los equipos de paso de este titán que hizo un cuarto puesto en el Tour de 2007, y un quinto, un sexto y dos octavos. En su decimosexta participación en la Grande Boucle, se quedó a una del récord de la carrera: “Sopesé las opciones y lo mejor es bajarme en la prueba de casa. Me hacía ilusión retirarme así”. Estos días ha asistido al cariño de la gente. “No habré sido un ganador pero algo bueno habré hecho para aguantar 20 años”.
Con Van Avermaet, Simon Yates, Landa y Urán como favoritos, la Clásica echará de menos a Valverde, que ha hecho podio en cinco ocasiones, ganó la edición de 2014 y ha movido el árbol en busca del éxito siempre que ha participado, ya que el recorrido rompepiernas le va como un guante. La sentencia siempre llega en el duro tramo final, con las subidas a Jaizkibel (primera categoría), el Alto de Arkale (segunda) y, sobre todo, las duras rampas por las laderas del Monte Igeldo.