Ricky lidera a la Selección ante una correosa Senegal
Mañana en Málaga, último partido amistoso en España
Por primera vez en veinte años, y por cuarta en su historia, la Selección jugó en Melilla y ganó, en realidad por pura inercia, a una voluntariosa Senegal que prepara el Afrobasket de la mano de un técnico español, Porfi Fisac, que trata de poner algo de ortodoxia en un equipo que es puro músculo y, precisamente, heterodoxia. El mismo al que España arrolló en Madrid en los octavos de final del Mundial 2014, hace menos de tres años y en el último día feliz de la Selección en aquel torneo: cuatro después llegó el varapalo contra Francia.
Ahora España avanza hacia el Eurobasket con la sensación de que cuantas menos noticias, mejor. Después de la renuncia de Nikola Mirotic y la lesión de Sergio Llull, es un bloque que juega sin ansiedad porque conoce perfectamente sus tiempos pero que lo hace también con la curiosa inquietud de reconocerse en un nuevo escenario, de aprender a que nada cambie aunque, a la fuerza, haya cambios. Y ahí serán esenciales unos secundarios que tienen que asimilar y aprovechar sus roles. Las bajas obligan. Hay líderes, se trata de que haya también profundidad. Y en eso está España ya a menos de dos semanas de que empiece lo serio.
Motivación. Así que, y en un pabellón Javier Imbroda lleno, el partido fue otro ejercicio de suave puesta a punto ante un rival interesante en un escenario así: físico portentoso, extra de motivación y ganas de molestar: 32-36 después de 16 minutos de traqueteo de los de Scariolo… pero 64-48 casi al final del tercer cuarto. Parcial de 32-12 en el puñado de minutos en el que España aceleró lo suficiente con Sergio Rodríguez a los mandos, un par de triples de Navarro y un buen trabajo de Oriola (en defensa) y Willy Hernangómez (en ataque). Alternativas al plan básico de una primera unidad en la que Ricky Rubio (máximo anotador: 14 puntos) opera con los hermanos Gasol mientras Abrines busca tiros abiertos.
Senegal puso músculo en las zonas, obligó a España a cuidar la circulación y mandó cuando tuvo acierto en sus erráticas rachas de tiro. Maurice Ndour, un ex del Real Madrid que anotó un triple en toda la temporada pasada con los Knicks, arrancó el partido con tres seguidos y terminó con 20 puntos y 9 rebotes, el líder de un equipo que dio la cara contra una Selección que mide sus pasos, quema etapas a su ritmo (como en los últimos torneos) y mañana se despedirá en Málaga (y otra vez ante Venezuela) de territorio español. Después, Bélgica y Lituania a domicilio… y el Eurobasket. Cada vez más cerca.