El estilo Marcelino luce en la locura de Anoeta
Dos expulsados, cinco goles y precioso choque de estilos
Como si fuera un capitulo de Juego de Tronos, Real Sociedad y Valencia dirimieron en Anoeta una lucha de poder a poder espectacular, sin descanso, de la que salió victorioso el equipo valencianista gracias a los goles de Guedes, Nacho Vidal y Zaza, cuando ya se consumía el partido. Un encuentro intenso y pleno de ritmo que derivó en una locura de ocasiones y goles que terminó decidiendo el italiano cuando parecía que lo más justo, por el esfuerzo de ambos equipos, era el empate. Marcelino, de esta manera, sigue invicto contra la Real, y vuelve a imponer su estilo contra el de Eusebio, que puso en liza una idea completamente diferente.
El guión inicial fue el esperado, con la Real monopolizando la pelota, y el Valencia esperando el fallo del rival, con una presión alta que dificultaba mucho la salida de balón de los donostiarras. Ambos equipos, cada uno con su estilo, con se amilanaban y buscaban la portería rival, conscientes de que una victoria les podía confirmar en la pelea por las plazas europeas. Eusebio volvía a su centro de campo habitual, con el que es capaz de darle otro aire a su ataque, la marcha que le faltó el pasado jueves. Y Marcelino daba muestras de conocer muy bien a su rival, intentando ahogar su sala de máquinas para que el balón no llegara en buenas condiciones a los atacantes realistas. Zaza era un incordio absoluto para la zaga realista, mermada por su juventud y ante la ausencia de centrales experimentados, con Zubeldia intentando mantener el tipo. Guedes y Rodrigo, con su velocidad, buscaban a la contra a una Real que tenía entre ceja y ceja la portería de Doménech.
Fueron cayendo los goles: hasta cinco, con dos equipos que no saben especular. Unos con el balón, otros a la contra.
Lo mejor estaba reservado para la segunda parte, en la que el Valencia, a la contra, buscó siempre la victoria. Parecía que la encontraba con una galopada de Nacho Vidal, que superó a Rulli con mucha calidad. Respondía rápido la Real con un golazo impresionante de Oyarzabal. Para entonces la Real jugaba ya con un jugador menos por la expulsión de Zubeldia. Luego desfiló Kondogbia por una torpeza. Zaza culminó una preciosa batalla. La Real no perdía tres partidos seguidos desde marzo de 2012, con Montanier.