Empezará a volar dentro de poco...

El mítico preparador del Tottenham, Harry Redknapp, solía decir que Gareth Bale podía jugar dos partidos seguidos si quisiera. En su etapa en los Spurs acababa tan sobrado que el míster y el jugador bromeaban sobre ello. Tras el partido ante el Dortmund, después de haber tenido que ser sustituido porque “se le subieron los gemelos” (según Zidane), le pregunté si estaba para otro encuentro. “Nooooo”, soltó riendo. Pero ese es el objetivo: volver a tener la sensación de que los partidos se le quedan cortos. Un par de jugadores ingleses que han tenido que parar durante cuatro meses o más han compartido confidencias con Gareth que le han tranquilizado: se necesita un año para volver a ser el mismo. O sea, que para noviembre Bale debería empezar a volar. De momento sigue haciendo el trabajo que se le pide.

Ante el Dortmund partió desde el centro o la izquierda, buscando la espalda de los defensores, como cuando le vio Carvajal para el primer tanto, y participó en uno de los dos goles de Cristiano. Pero lo sobresaliente fue sin balón. Ha dejado de estar de moda meterse con Bale por su trabajo defensivo porque no deja de ayudar a su lateral y aprieta al rival cuando decide construir desde atrás. Este Bale es esporádico. El que viene podría perfectamente ser el futbolista que, antes de lesionarse, era el mejor de su equipo. Aunque pocos lo recuerden...