Santamaría “Di Stéfano era trabajo, Cristiano es el gol nato”
“Llevo viendo fútbol desde 1935”, se arranca José Emilio Santamaría, historia viva del deporte rey y, especialmente, de Real Madrid y Espanyol. Con los blancos conquistó cuatro Copas de Europa como futbolista. Y aún hoy es el entrenador que más partidos dirigió a los pericos: 252.
➥
Un Real Madrid que aún no ha ganado en el Bernabéu ante un Espanyol que lleva tres jornadas sin perder. ¿De verdad puede ser igualado?
—El Madrid ha empezado la Liga con un trastorno de resultados en casa, pero su salida a Alemania le ha dado aire fresco, creo que se ha recuperado. Y el Espanyol ha experimentado un enorme cambio, ahora ya está en condiciones de aspirar a la séptima posición en esta Liga. Así que veremos.
—Cristiano viene de hacerle dos goles al Borussia pero aún no ha marcado en LaLiga…
—Es indudable que la suspensión le habrá afectado, sobre todo moralmente, pero yo lo veo ya centrado. Fíjese que la temporada pasada ya empezó renqueante, pero cómo la acabó. Y el equipo, igual: hubo unos empates al principio, parecía que costaba arrancar… Y ganaron Liga y Champions.
—¿Admite la comparación entre Di Stéfano y Cristiano?
—Alfredo era cien por cien trabajador, mientras que Cristiano es un goleador nato. Y el talento de ambos es innegable. Por lo demás, son épocas tan distintas... Nosotros jugábamos en campos embarrados, el balón pesaba una barbaridad si llovía. ¡Si los porteros no sacaban de portería porque no llegaban al centro del campo!
—Como central que fue, y con cuatro Copas de Europa, ¿no le da vértigo ver al portero jugar con los pies?
—A nosotros llegaron a prohibirnos darle el balón al portero. Era un riesgo inasumible. Había que protegerles. Ahora, los defensas también organizan, entregan al pie… Es una evolución. Antes nos repartíamos esas tareas entre todos: Gento corría y nadie le agarraba, Di Stéfano caía a las bandas, Del Sol era un currante…
—Usted empezó siendo mediocentro. Y por ese cambio se perdió el ‘Maracanazo’…
—Sí. En Nacional de Montevideo habíamos pasado una huelga de diez meses y muchos jugadores se habían ido a una FIFA pirata que se montó en Colombia. Pero yo no me marché porque trabajaba en la banca. Estaba citado para el Mundial, pero a Nacional llegó Enrique Fernández, un entrenador que venía del Barcelona. Me cambió a central porque se había quedado sin jugadores. Y me hizo decirle al seleccionador, ‘Juancito’ López, que no iría al Mundial para probar en mi nueva posición. Me quedé colgado.
—¿Se ve reflejado en Zidane, como exfutbolista que enseguida se pasó al banquillo?
—En resultados, ojalá, él es brillante. Creo que su fuerza reside en su capacidad de hablar con los jugadores, uno a uno.
—¿Y Quique Sánchez Flores? Usted le conoce bien…
—Sí, es ahijado de mi señora. Su forma de hablar da confianza al jugador, la que le llega para creerse lo que debe hacer. Eso puede situar al Espanyol donde debe, en la mitad alta.
—Usted llegó a acabar tercero con el Espanyol, en 1973...
—La clave está en la paciencia y en la unión. Nosotros nos olvidamos del gigante que teníamos al lado. Y pudimos ser campeones de aquella Liga. —¿Su peor experiencia como entrenador fue el Mundial-82? —No fue agradable. Fuimos la primera Selección española que ganaba en Wembley. Aquel día le había explicado a 34 informadores cómo jugaríamos, pero tras el partido ninguno me dirigió la palabra. Luego llegó el Mundial, en casa, y nos fue mal. Así que hasta ahí había llegado. Dejé los banquillos.
Al Real Madrid ya le costó arrancar el año pasado, y al final ganó Liga y Champions”
Quique transmite confianza, eso puede situar al Espanyol donde debe: la zona alta”