Intriga: Florentino pasó de puntillas sobre el ‘nuevo estadio’
Aprobó las cuentas a la búlgara (98,94%) Esquivó preguntas sobre el equipo femenino y el desplazamiento de socios para la grada de los ultras postmodernos
Fue la Asamblea más plácida que se le puede recordar a Florentino, sin casi voces opositoras y con una aprobación de las cuentas y presupuestos por casi el 100% de los compromisarios. Pero sigue habiendo temas calientes que preocupan a los socios...
La intriga. Extrañó que
Florentino, lejos de sacar pecho tras obtener la licencia para la obra del nuevo estadio, pasara de puntillas por su faraónico proyecto. Dedicó escasos segundos en un discurso de 20 minutos: “El estadio se convertirá en un ámbito de dinamización de Madrid. El Plan Especial Urbanístico ya está aprobado sin oposición de ninguna formación política...”. Pero al socio sí le interesaba. El 7.784, Juan Carlos Utrilla: “Para la piel que se va a poner sobre el estadio, en principio, el presupuesto era de 500 millones. Desde cero, el
Allianz Arena costó 340 millones, San Mamés 173 y el
Wanda Metropolitano, 310. Desde cero, no una piel...”. Otro socio, Carlos Ruiz, el 13.371, siguió el razonamiento: “¿Qué fue del contrato que iban a firmar con el grupo de inversión árabe
(IPIC) para la financiación de las obras? El año pasado nos dijo que estaba prácticamente firmado, que corría hasta prisa, no fuese que se echasen atrás. Estamos hablando de 500 millones. Como ya dije el año pasado, para no ganar aforo y para envolver en papel de celofán nuestro estadio, que es lo que pretende hacer usted... Es un asunto básico, ¿de dónde va a salir ese dinero?”. A este socio Florentino directamente le cortó: “Vaya terminando, no me lo repita ocho veces”. Y a pesar de eso, luego no hizo mención alguna al nuevo estadio al contestar las preguntas.
Jaume Roures. El tema de la televisión del club causó polémica. El socio Luis Alberto Reyes recriminó a Florentino que la haya puesto en manos a Mediapro: “Está gestionado por quien no debe, gente que daña la imagen del Madrid. Me refiero evidentemente a Mediapro”. Carlos Ruiz fue más tajante: “La masa social se lo exige, no podemos permitir que el nombre del Madrid vaya unido en ningún momento a Mediapro, una empresa que apoya abiertamente la secesión de la comunidad catalana”.
Fútbol Femenino. En el turno de ruegos y preguntas hubo cinco socios (de 15) que recriminaron a Florentino que el club no tenga sección femenina. Antonio de Isidro, se limitó a pedirlo: “La posibilidad de que exista, como alguna que otra sección como balonmano, rugby o tenis...”. En la misma línea fueron los socios José Dorado o Javier Martínez: “Quisiera saber si hay algún proyecto para esto”. Más contundente fue Santiago Alcanda: “El día que las mujeres vistan de blanco el mundo del fútbol será mucho más importante”. Otros, como Eduardo Martín, se lamentaban de la situación: “Que muchas aficionadas del Madrid se tengan que ir a jugar a clubes como el Atlético o el Rayo...”. En definitiva, fue uno de los temas más recurrentes, ante el que Florentino pasó de soslayo: “Estamos con lo que estamos. Queremos hacer una sección femenina desde el amateurismo, para que las niñas jueguen, pero no fichar a una alemana... Eso no está en el sentir de todo el madridismo”.
La Grada Fan. Pero el tema estrella fue el de los socios a los que han cambiado de la zona del fondo sur, donde ahora hay 1.800 plazas para la Grada Fans que está compuesta, en su mayoría, por no socios. Hubo compromisarios que calificaron la maniobra de “auténtico atropello”. “Sólo nos avisaron por teléfono cuatro días antes de que entraran las excavadoras”. Carlos Ruiz fue muy duro: “No se nos puede engañar ni mentir. Usted dijo muchas veces que nada de eso estaba contemplado. Hay 1.300 peñistas que le han quitado el sitio a 1.300 socios”. Intentando excusarse (“seguro que ha habido algún problema”), Florentino dejó una frase curiosa: “Si los violentos quieren ir a la Grada de Animación estaremos encantados si se comportan como personas normales”. Algunos ya llaman a esa zona la de los ‘ultras postmodernos’.