Presiones de los dos lados llevaron a Bartomeu a un fallo salomónico
El Barcelona sometió a votación la decisión de jugar o no en la junta, pero fueron los futbolistas quienes dieron luz verde
El suspense duró hasta última hora y la decisión final no contentó a nadie
El Barça-Las Palmas se jugó a puerta cerrada. Presiones de los dos lados llevaron al presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, a un fallo salomónico. Bartomeu sometió la votación a la decisión de la junta directiva de la entidad culé, pero los jugadores dieron la última palabra.
Faltaban 45 minutos para iniciarse partido y sólo estaba claro que la UD Las Palmas iba a saltar al campo, pero el Barça no sabía si suspendía el partido unilateralmente y no se presentaba como acto de protesta por los incidentes acaecidos a lo largo de todo el día en Cataluña. El suspense duró hasta última hora y se resolvió de una manera que no contentó a nadie: se disputó a puerta cerrada, hecho que se comunicó a los espectadores que se agolpaban nerviosos antes las puertas del estadio, que seguían cerradas ante el lógico nerviosismo de los que habían comprado su entrada. El encuentro estuvo en el alero desde primera hora de la mañana siendo caballo de batalla ante las presiones de diversas partes que aportaban diversas salidas. LaLiga no contemplaba otra cosa que no fuera jugar, los políticos no lo veían tan claro, los Mossos no ponían ningún problema, pero el Barça estaba por suspender el partido a pesar de la sanción que comportase no presentarse.
El único que lo tuvo claro desde el inicio fue el equipo grancanario, que publicó un comunicado sobre la una de la tarde en el que reclamaba no ser “testigo mudo de esta encrucijada histórica o tomar partido. Nos decantamos por lo segundo. Decidimos bordar en nuestra camiseta una pequeña bandera española”.
Mientras, el Barcelona seguía dudando. Josep Maria Bartomeu, presidente azulgrana, tras dudar, sometió la decisión a votación en la junta, pero fueron los jugadores los que dijeron la última palabra y el Barça decidió jugar a puerta cerrada