AS (Valencia)

Pochettino “Entrenar a Kane te hace la vida más fácil”

- GUILLEM BALAGUÉ

Pochettino es el de la visión, el que marca el camino. Jesús Pérez es su mano derecha y el de las mil faenas. Toni Jiménez (ex del Espanyol y Atlético), el entrenador de porteros. Miguel D’Agostino está para todo. Son cuatro amigos de viaje, vital y profesiona­l. Mañana acampan en el Bernabéu...

Una vez estuvieron los cuatro en la misma sala en una entrevista que le hacían a Toni y que requirió la ayuda de Jesús, ¿cómo fue?

—Pochettino: El más pequeño es el que siempre tiene la idea. —Toni: Fue Jesús. Y yo puedo hablar inglés, pero una horita... puedo decir una frase en una hora, ¡pero querían que en cinco minutos dijera seis frases! —Pochettino: Fue muy gracioso. Jesús se puso detrás de la silla de Toni, el periodista hacía las preguntas y Toni movía la boca mientras Jesús hablaba desde atrás.

—Esta historia les define mucho, pero hay otra. Un jueves, estando en el Southampto­n, se ponen a ver, después de 10 horas de trabajo, un partido de la Europa League. Se van a la habitación de Mauricio, y ahí acaban dormidos todos alrededor de la pantalla.

—Jesús: Fue un período de casi siete meses intenso, de convivir en un hotel en la primera etapa en Inglaterra. Fue muy enriqueced­or.

—¿Eso es parte del encanto de trabajar en el fútbol, la posibilida­d de hacerlo con amigos?

—Toni: Está claro que hay una conexión entre nosotros muy buena, pero antes tiene que estar el trabajo profesiona­l que pueda afianzar aún más esa relación. Rendir en tu trabajo y notar sobre todo la confianza del míster provoca que cada vez el vínculo sea más estrecho.

—¿Esa conexión empieza en el Espanyol?

—D’Agostino: Sí, fue bastante rápido. Mauricio fue armando su grupo de trabajo. Fuimos llegando poco a poco. Desde un primer momento se fue sintiendo y es algo que uno tiene que nutrir día a día. —Pochettino: La primera persona que se incorpora conmigo es Jesús, que paradójica­mente es al que menos conocía. A Miki (D’Agostino) lo conozco desde hace 26 años, desde que éramos chicos y jugábamos en la división inferior del Newell’s. Y con Toni nos conocimos con veinte y pico años, desde el año 94, cuando llegué al Espanyol. Somos amigos. Pero tenemos claro que en el trabajo no hay amistad. Es capacidad y evoluciona­r, y presentar desafíos constantem­ente el uno al otro. —¿Qué les define como grupo?

—Pochettino: Somos muy agradecido­s del fútbol. El fútbol nos aporta más de lo que nosotros podremos llegar a aportar al fútbol algún día. Nunca caeremos en la arrogancia de creer que estamos por encima. Ese respeto, que es tan grande por este deporte, hace que nos sintamos muy, muy, muy, muy pequeños. Ponemos nuestro conocimien­to individual al servicio del grupo y al servicio de las personas y de los clubs que confían en nosotros para desarrolla­r un trabajo. Siempre estamos abiertos a poder mejorar, a aprender. Pensamos que el fútbol es un campo abierto que está en constante evolución, no te puedes parar.

—Sus equipos son bastante reconocibl­es...

—Jesús: Cambian el nivel de las plantillas, pero son conjuntos que transmiten que creen que todo es posible, que es posible mejorar, que es posible intentar competir con otros equipos que tienen otro tipo de recursos.

—Llegaron a un Tottenham que era casi un gran equipo. ¿Qué han hecho para convertirl­o en el equipo más consistent­e de los últimos dos años?

—D’Agostino: No se hizo nada distinto a lo de otros lados, sino ser rigurosos y tratar que el grupo de jugadores crea en la idea de juego. Mucho trabajo diario.

—Sorprende que sigan compitiend­o a este nivel cuando no tenéis la capacidad económica de otros clubs. —Pochettino: Todos los acuerdos económicos tienen que ir de la mano de los proyectos y cultura de cada club. Nosotros hemos llegado, observado, hemos tratado de empatizar con la gente y de crear algo en conjunto, para que no sea nuestra filosofía sino que sea una formada por las dos partes. Pero los resultados mandan. El Tottenham era un gigante dormido, recién lo hablé con el presidente Daniel Levy. Pero, con todo lo que ha construido él en 18 años, en seis, siete u ocho meses, cuando el nuevo estadio esté listo, va a ser un club completame­nte diferente a lo que históricam­ente fue. Es un orgullo poder formar parte de esta visión.

—Supongo que uno de sus grandes premios es ver la evolución del jugador. Lloris, por ejemplo, pasó de estar desencanta­do a ser de los mejores. —Toni: El entrenamie­nto es importante, pero hay mucho que no es físico, es psicológic­o, es sentirse querido, importante. Y después, claro, entender los principios del juego. Para nuestros equipos el portero es crucial porque jugamos desde atrás. Pero no sólo Hugo Lloris, mucha gente estaba aquí dormida y se ha despertado.

—Harry Kane es otro ejemplo de jugador que ha evoluciona­da espectacul­armente.

—Jesús: En la vida, tú puedes lamentarte: “No tengo esto, no tengo lo otro”. O disfrutarl­a, de intentar sacar lo mejor de esos recursos que tienes. A Harry se le puso una plataforma para que creciera como persona y deportista. Y como el talento y la determinac­ión como delantero ya la tenía, luchó contra Adebayor y Soldado hasta que jugó y marcó. La perseveran­cia le ha dejado en su sitio.

—Parece llevar muy bien los rumores sobre el interés del Real Madrid...

—Pochettino: Lo lleva muy, muy, muy natural. Harry es un chico con una madurez importante, con las cosas muy claras. Su ilusión es hacer algo grande en el Tottenham, club del que es hincha. Que reconozcan tu trabajo los equipos importante­s y que salga en los medios de comunicaci­ón lo único que hace es alentarte más a seguir en la línea escogida tiempo atrás. Es una persona excepciona­l, un chico humilde, con grandes valores de vida, humanos, y da mucho gusto entrenar a un jugador así porque te hace la vida mucho más fácil.

—Y ahora, candidato a Balón de Oro. ¿Se imaginan a Delle Alli llegando al mismo nivel?

—-Pochettino: ¿Por qué no? Es verdad que está ahora en otro momento de su carrera completame­nte diferente, pero Delle tiene potencial, tiene esa capacidad y esa energía, ese aura que no te deja indiferent­e. Ojalá, esperemos. Es todavía joven y aún tiene que mejorar y aprender muchas cosas. Estamos tratando de proveerle las mejores herramient­as

Real Madrid “Si no te enfrentas a ellos en el Bernabéu es como que aún no te has bautizado”

Su papel “Al final no te queda ni rasgo de esa arrogancia cuando eras futbolista”

Harry Kane “Se le puso una plataforma para que creciera como persona y futbolista”

Tottenham “Era un gigante dormido. Es un orgullo estar aquí”

Cataluña “Me ha creado gran tristeza y se sufre en la distancia”

para que pueda estabiliza­rse en esta zona en la que es tan difícil mantenerse con solidez. —Se dice que la Federación Inglesa ha pensado alguna vez en usted, 17 de los últimos 21 debutantes han pasado por sus manos. ¿Y Argentina? —Pochettino: Llevo demasiados años, desde el 94, fuera de Argentina. Está claro que tienes la bandera y los colores argentinos en el corazón, pero uno lo ve tan lejano... No hay solamente 13.000 km o 14 horas de viaje en avión, es que hay un cambio cultural. Pero es una de las cosas que me harían ilusión, como entrenar al Newell’s Old Boys. Como le debe estar pasando también a Leo Messi, pagaría por sentir ese momento de entrar en la cancha de Newell’s otra vez. —Messi les ganó el pase al Mundial.

—-Pochettino: Cuando él se pone y dice “este partido lo gano”... esa mirada, ese gesto en la cara que dice “hoy no puede pasar nada, hoy vamos a ganar”, y así fue. —¿Dónde se enteran de que es el Madrid el que está en su grupo de la Champions? —-Toni: En el despacho de Jesús. No está mal el grupo, ¿eh? (risas). Jugar contra los mejores es siempre lo mejor. —¿Cómo imaginan el partido?

—-Jesús: Pienso que es ilusionant­e y un reto poder enfrentars­e al equipo con más victorias en esta competició­n, en un estadio que siempre es recordado por esas noches de Europa. Servirá para medir la progresión del equipo. —¿Con qué se queda del Madrid si tuviera que escoger una sola cosa? —-Pochettino: (Sonríe) ¿Con una sola cosa? El Real Madrid tiene algo especial, algo que es imposible de describir y que sólo se siente cuando estás en el Bernabéu o cuando juegas contra ellos. Si no te enfrentas al Madrid en el Bernabéu es como que todavía no te has bautizado. Estuve con Jorge Valdano la semana pasada y hablábamos de eso, de lo que transmite ese club, la afición, el Bernabéu… es algo que solamente se siente. —¿Se puede trasladar su metodologí­a a un grande como el Madrid? —-Pochettino: Esto es una evolución constante. Nueve o diez años atrás, cuando estaba sacándome la licencia en Las Rozas, pensaba que era difícil entrenar a un equipo. Después, todo viene natural, empiezas a entrenar, a subir de nivel, y hoy mira dónde estamos, en uno de los más grandes de Inglaterra. A medida que va pasando el tiempo somos cada vez más flexibles, cada vez se negocia más, cada vez se pone más en la piel del otro, y al final no te queda ni rasgo de esa arrogancia que tenías cuando eras futbolista, y empiezas a disfrutar con otras cosas. Y te pones al servicio. Al final, nosotros somos servidores de los futbolista­s porque ellos son los que después nos reflejan en el campo. —Supongo que seguirá de cerca la situación en Cataluña. Desde fuera, ¿qué se siente? —-Pochettino: Soy un enamorado y un agradecido a Cataluña, al pueblo catalán, a España. Tengo dos hijos que nacieron en Barcelona, y enseguida me identifiqu­é muchísimo. Hoy dos de mis mejores amigos son catalanes, Toni y Jesús. Me ha creado una gran tristeza y lo hemos sufrido en la distancia. Hoy tenemos acceso a tanta informació­n que es difícil de discernir qué es la realidad, qué no lo es. Y uno, que se siente con gran responsabi­lidad, piensa que lo mejor es procesarlo. A veces nos dejamos llevar por la ineptitud y esa arrogancia que nosotros también tenemos como futbolista­s y no damos un paso atrás cuando debemos, no asentamos bases que sean sólidas de las cuales se beneficie la población, la gente, porque en definitiva los que sufrimos somos la gente de a pie. Soy un ignorante y a la distancia trataré y rezaré para que todo se arregle y que cada uno encuentre el mejor camino para poder ser feliz y disfrutar de esta vida que es muy corta. —¿Les cuesta explicar a los ingleses qué pasa?

—-Jesús: El sentimient­o desde la lejanía es de tristeza, porque nosotros nos consideram­os ciudadanos del mundo. Yo, personalme­nte, no creo en el reduccioni­smo, creo que hay vida más allá de 25 o 50 km a la redonda. Y quiero que mi familia hable idiomas, se abra al mundo y tenga la posibilida­d de vivir, trabajar y desarrolla­rse.

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