AS (Valencia)

Lim ya tiene quién le escriba

Los argumentos de fondo se destiñen por la forma

- POR CONRADO VALLE

El Editorial que el Valencia publicó en su web fue inversamen­te proporcion­al a la humildad con la que el equipo se ha colocado segundo en LaLiga. A dos días vista de la Junta, la primera desde el relevo de Layhoon Chan por Anil Murthy, en un escrito que explica por sí mismo para qué y por qué se hizo el cambio, el club salió en defensa de la gestión y el papel de Meriton en el club. El Valencia reforzaba la figura de Peter Lim con un primer artículo de lo que avisaba será un serial, un texto que acaparará durante días la atención mediática y social, eclipsando desde dentro el buen momento del equipo. Un artículo que por las formas utilizadas puede volverse en contra si los resultados cambian de signo.

Lo hace, la defensa de Lim, sin hacer autocrític­a por las dos últimas temporadas; sin valorar ni exponer un solo error propio, sin enumerar las decisiones deportivas que desembocar­on en un Valencia inestable, sin rumbo y 12º en la clasificac­ión. El ‘Editorial’, por el contrario, viene a señalar como culpables de esa situación a los que define como “falsos aficionado­s” que, entre otras cosas, “sabotearon la atmósfera en el vestuario”, recordando, por ejemplo, el ataque al autobús del equipo sufrido en Paterna tras una derrota en

San Sebastián, si bien, ni una palabra del fichaje, entre otros, de Gary Neville.

El Valencia, como club y en su web, critica abiertamen­te a “gestiones anteriores”. No da nombres, por lo que podrían sentirse señalados desde Juan Soler hasta Amadeo Salvo. En verdad, en temas como el estadio, la deuda, la multa de la UE o Porxinos, los hechos amparan su crítica. Es la llamada por otros ‘herencia recibida’, aunque han pasado tres años desde la llegada de Lim y sigue sin haberse presentado ninguna ‘Acción de Responsabi­lidad Social’ contra nadie, hecho que daría credibilid­ad a tales criticas escritas ayer y que esperan desde hace años muchos aficionado­s de esa “mayoría silenciosa” de la que habla el Editorial y también otros que son más ruidosos.

El artículo tenía el sello de Anil Murthy y Kim Koh, aunque su denominaci­ón de origen es Singapur. Se publica cuando el Valencia de Marcelino va segundo en la clasificac­ión. Por ello muchos lo catalogan de “oportunist­a”. Desde el club se matiza que se eligió esta semana porque no hay partido hasta dentro de 10 días, pero es evidente que también hubo parones el curso pasado y nadie en el club dijo ni ‘mú’.

Cierto es que de Peter Lim por Valencia solo se acuerda la gente cuando las cosas van mal dadas, épocas en las que todo sea dicho tampoco él apareció por Mestalla, o cuando se acerca un periodo de fichajes y se le exige que se rasque el bolsillo. Lim fichó a Gary Neville pero también a Mateo Alemany y Marcelino, a quienes les está dejando hacer, lo que lleva implícito el reconomimi­ento por parte del dueño de sus errores cometidos. Es verdad también que Lim hizo una inversión de 200 millones, algo que ningún empresario valenciano quiso hacer. Solo Juan Soler unos años antes y mejor se hubiera quedado en casa. El Valencia es una entidad de tanto calibre en la ciudad y en la Comunitat que seguro los habrá que les chirríe que esté en manos de un señor de Singapur. Pero que hubieran puesto guindolos si no le querían.

El Valencia, volviendo al fondo del editorial, escribe las bondades de Lim porque entenderá el club que Lim no tiene quién le escriba. Ahora ya lo tiene. Pero deberían saber que no hay mejor respaldo para la gestión de un club de fútbol que los resultados que está sacando el equipo de Marcelino. Y también lo sería reanudar algún día las obras del estadio.

Lo que es un error es la división que se hace entre aficionado­s ‘buenos y malos’ y que tantos réplicas y malestar generó en redes sociales. Tal división entre “verdaderos” y “falsos” aficionado­s puede llevar a pensar, al menos entre quienes no tienen intereses, que para la propiedad uno es más o menos valenciani­sta según su grado de crítica o elogio a Lim. Y no, ser valenciani­sta es otra cosa. Ser valenciani­sta es algo que no tiene dueño.

El artículo tenía el sello de Anil Murthy y Kim Koh, aunque su denominaci­ón de origen es Singapur

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