El Madrid desperdicia un +16 ante 18.310 hinchas griegos
Ganó el Panathinaikos tras errar Thompkins el último tiro
Frente a un Panathinaikos al alza y un Calathes crecido (42 de valoración en la jornada anterior), el partido no tenía buena pinta para un Madrid que voló dejando en la enfermería un quinteto entero. Sin embargo, en el arranque del tercer cuarto, se puso 16 arriba mientras sonaban los violines: 40-56. Hasta ahí firmó una actuación modélica con Rudy y Reyes rejuvenecidos, Thompkins en su mejor versión y Tavares exhibiendo capacidad de influencia. Bien Yusta (se emparejó de inicio con Calathes) y destacado entonces Doncic, que hizo de cuatro falso
falsísimo. Dominio del rebote (8 a 20 al descanso) y porcentajes de tiro de concurso. De ahí en adelante, cuesta abajo en la rodada made in OAKA ante 18.310 hinchas griegos.
Los blancos se diluyeron como un azucarillo. Encajaron un parcial de 13-0 que el Panathinaikos de Pascual estiró hasta un salvaje 22-6 que desecaba toda la renta visitante: 6262, minuto 28. Singleton, Gist y un exmadridista, KC Rivers, acaudillaron la reacción. Hacían pupa en el rebote de ataque, a Tavares le sacaban de su sitio y el nivel defensivo subía al límite de lo permitido por los árbitros. Que fue hasta el infinito y más allá, incluido un golpe de Singleton a Doncic que Lamonica no castigó como antideportiva ni viéndolo repetido en el vídeo.
El resultado, un PAO reenganchado y un Madrid anulado, incapaz de ver aro. Doncic entró en una vorágine de pérdidas (8 al final) y triples forzadísimos que arrastraron a la cuneta a su equipo pese a sus 19 puntos. Campazzo tampoco supo salir al quite. Solo los genios son capaces de semejantes contrastes.
Para el Madrid mirar al aro ya era una hazaña. Pasó de meter 54 tantos en la primera parte a 26 en la segunda. Rudy y Reyes dieron una nueva oportunidad a los suyos. También Thompkins, que colocó dos tapones consecutivos. Y… Doncic, que clavó un triple a una pierna para igualar a 77. Luego empató a 80 desde la personal y a falta de 15 segundos un manotazo de Rudy (al balón) lo transformó Gist en dos tiros libres embocados: 82-80. Último ataque. Campazzo encaró, se vio acorralado en la zona y sacó con tino para Thompkins. Triple que valía la victoria, triple que no entró.