NFS Payback, un híbrido entre Fast&Furious y Driver
Trepidante arcade de velocidad con influencias cinematográficas
Need for Speed, una de las sagas de conducción más longevas de los videojuegos (1994), toma foco tras un año sabático. Influenciado por el planteamiento de mundo abierto que exigen ahora la gran mayoría de los juegos, la nueva entrega presenta una historia de venganza dentro del mundo de la delincuencia, eso sí, centrada únicamente en la velocidad.
Una trama de película.
El juego se articula alrededor de tres delincuentes que han sido traicionados después de un golpe. Hay misiones argumentales, las más entretenidas y originales, y de enfrentamientos con bandas rivales; así como retos que resultan imprescindibles para mejorar las prestaciones de los coches.
Cuatro ambientes. El mapa está divido en cuatro regiones en las que prima un determinado tipo de conducción: derrapes, asfalto, grava y persecuciones. Para cada una habrá que seleccionar el vehículo que mejor se adapte a las necesidades de ese tipo de carreras. Las más divertidas, herederas directas del Most Wanted, son las de persecución con la policía en entornos urbanos.
Gráficamente correcto.
NFS Payback cumple con creces con las exigencias del género: sensación de velocidad, buen modelado de los coches, efectos de lumínicos como deslumbres a la salida de los túneles, ciclo noche día, polvo... Pero se echa en falta efectos climáticos.
Garaje variado. Hay disponibles 78 vehículos de marcas conocidas que presentan todo tipo de características y que tienen un alto grado de personalización, tanto estética como mecánica, y a los que, como no, se puede mejorar con las polémicas cajas de recompensa que podrán obtenerse superado pruebas o comprándolas con dinero virtual.