Test contra el fútbol de Bordalás
En junio de 2005 me tocó cubrir una eliminatoria de fase de ascenso a Segunda División entre el Alicante y el Lorca. Los alicantinos iban de favoritos pero los lorquinos les pasaron por encima. En los banquillos de ambos equipos estaban dos prometedores entrenadores. Los dos, con más o menos piedras en el camino han llegado a la élite. En el del Lorca estaba
Unai Emery, que acababa de colgar las botas y hacía sus pinitos como técnico. No hace falta contar cómo llegó a la élite y dónde está ahora. El Alicante lo dirigía Pepe Bordalás (o José como él quiere que su nombre salga reflejado en los diarios). El caso es que 12 años después, un Bordalás más maduro y reflexivo, aunque con todos sus valores futbolísticos intactos, se enfrenta hoy por primera vez al Valencia, el equipo en el que Unai se instaló en la élite sólo tres años y pico después de aquel cruce.
Decía que el Getafe aglutina todos los valores que Bordalás imprime a cada uno de los equipos que dirige: presión, agresividad al límite, intensidad y partido máximo a cada jugador que dirige (véase Ángel o Molina). El caso es que el Valencia no tendrá un paseo en Getafe. Tendrá que arremangarse para seguir con la senda de victorias. Los focos del duelo del domingo ya no estarán hoy en el Alfonso Pérez. Será un duelo de trabajo y brega. Un examen para saber si el Valencia se adapta a todo, algo que ya ha demostrado. Además, lo tendrá que hacer con bajas. Los que jueguen tendrán que dar un paso al frente. Si supera este test, más los otros tres que quedan hasta Navidad, será candidato a todo.