Asensi “Mi hermano me llevaba con su Lambretta a entrenar”

Juan Manuel Asensi (Alicante 1949) jugó 15 temporadas en Primera, once en el Barça y cuatro en el Elche. Fue internacional en 41 ocasiones. Ganó una Liga, tres Copas y una Recopa.

Usted estudió en Salesianos...

—Sí. Allí empecé a jugar al fútbol. Los domingos jugábamos partidos contra otras clases y un día había tres señores viendo esos partidillos. Pensé que eran curas, pero cuando llegué a casa me estaban esperando. Eran del Elche y me querían fichar. Hasta ese momento nadie se había fijado en mí. Formé parte de los juveniles del Elche y cuando el Hércules se enteró se formó un poco de revuelo. El Hércules quería que rompiese el contrato, pero mi padre ya había dado la palabra y eso valía más que cualquier cosa. Me tildaron de anti herculano, algo que me molestó porque no es cierto. Además, mis hermanos jugaron en el Hércules. —¿Y cómo fueron sus primeros años en el Elche?

—Debuté en Primera con 17 años. El fútbol ha cambiado mucho porque yo iba a Elche en autobús de línea. El conductor me guardaba un sitio a su lado. Pero cuando lo perdía me llevaba mi hermano en moto, en la Lambretta que tenía. Eso era casi peor porque teníamos que parar tres veces para limpiar las bujías. —Y dio el salto al Barça...

—Debuté muy joven en Primera y fui internacional en todas las categorías. Eso despertó el interés del Barcelona, que pagó 13 millones de pesetas por mí. Pero hubo polémica porque un día leyendo el periódico El Pueblo con mi padre, en la portada del periódico, ponía que era jugador del Madrid tras el acuerdo alcanzado entre Bernabéu y Esquitino, que se conocían de pescar en Santa Pola. Cuando me lo dijeron a mí yo ya me había comprometido con el Barça y además me daba más dinero. No fue una decisión fácil porque mi padre tenía el corazón blanco y su ídolo era Di Stéfano aunque luego se hizo del Barça por mí (risas). —¿Cómo le fue en Barcelona?

—Empecé con mal pie. Justo una semana antes de incorporarme me fracturé un hueso del pie de una forma tonta. Venía de la playa, iba con chanclas y había una obra al lado de casa. Di un salto y me rompí el hueso. Encima, estaba haciendo la mili en Rabassa y cuando el Barça vio que juré bandera lesionado se montó un buen lío. Pensaban que habían fichado a un jugador lesionado. Hasta diciembre, en un amistoso, no pude debutar. —Pero pronto irrumpió...

—Poco a poco empecé a coger confianza y afianzarme en el Barcelona. Estuve once años allí y no me lesioné en ninguna ocasión. Gané una Liga, tres Copas y una Recopa. Entonces, era difícil ganar títulos. —Y fue al Mundial de Argentina...

—Fui internacional absoluto en 41 ocasiones y en ese Mundial le marqué a Suecia aunque no sirvió de nada porque nos eliminaron. —¿Por qué terminó su carrera en México?

—Lo hice en el Puebla. Cumplí los 30 y en aquella época ya eras mayor cuando ponía un 3 en tu DNI. Me llamó Pirri que estaba jugando allí y terminé mi carrera en México. —Por tanto, usted también paseó el nombre de Alicante por todos los sitios... —Y con mucho orgullo. Cuando era jugador les invitaba a mi casa a veranear. A mi Alicante que no me la toquen. Me encanta y siempre le deseo lo mejor, sobre todo a sus equipos: al Hércules y al Elche.