“Senyors, hi ha derbi de veres”

Primero, la “germanor”, los primeros partidos del Villarreal con el Valencia se jugaban con esa sensación clara de inferioridad. Imponía Mestalla, era como jugar allí dónde nunca pensabas hacerlo. Además aquel era un Valencia que imponía respeto y que ganaba, ganaba mucho y bien. Después llegó don

Manuel, y empezó el Villarreal a creerse que podía: tenían calidad y empezaban a perder ese miedo a mirarle a los ojos al rival. Pero es verdad que todavía era pronto, se ganaba, pero era más algo artificial. Ya con el gol de Jonas, empezó a notarse que ya no era solo el equipo de pueblo que aspira a ser grande, en Valencia el Villarreal ya escocía. Y ha llegado esta serie de partidos, tres victorias seguidas, para confirmarlo.

Puede que las dos anteriores fueran descafeinadas, con un Valencia flojo que no se jugaba mucho. Pero lo de ayer es ya un DERBI de verdad y con todas las letras, con todo lo que tiene que tener ese partido. Tensión, un campo volcado, un equipo que nunca dejó de pelear, de morder, que no quería resignarse. Un buen Valencia, que lo dio todo, por ganarle al Villarreal. Ese es el mérito del Villarreal: lograr que sus visitas sean un derbi. Y ganar tres seguidos, ganar seis veces en Mestalla de 18 partidos, algo que no ha hecho nade en la Comunidad Valenciana, habla por si solo. Les guste o no, “senyores y senyors, hi ha derbi de veres”.