Javier Fernández “La medalla sería el regalo a mis 20 años de patinaje”
Javier Fernández (Madrid, 1991) tiene una cita clave en febrero: los Juegos de Invierno de Pyeongchang 2018. A los 26 años, bicampeón mundial y pentacampeón de Europa, tiene como cuenta pendiente la medalla olímpica. “Ese podio podría ser la guinda al pas
Este 2018 es olímpico. Habrá hecho un trabajo de concienciación. ¿Qué le dice su entrenador, Brian Orser? —Lo más importante que ha hecho es tranquilizarme, porque sabe que es un año en el que todo el mundo está muy estresado, y él no quiere que eso me pase a mí. Así que hemos intentado mantener la normalidad en las sesiones y ser naturales. El mejor consejo que me dio fue: “Pase lo que pase en Corea, al día siguiente el sol va a salir”. —¿Y cómo hace para estar calmado? —Soy una persona que se exige mucho y es difícil liberar la presión. La mejor forma es que todo vaya bien con los entrenamientos. Cuanto más los haces, más perfección y más seguridad. Fuera del hielo hay que estar ocupado: yo me echo dos partidas a los videojuegos y se me olvida un mal día. Separo el hielo de mi vida cotidiana. —Cuando fue oro mundial en Boston en 2016 dijo que tenía su programa tan interiorizado, que incluso lo pasó bien. ¿Se puede disfrutar en competición? —Aquel fue el programa perfecto. Creo que la gente lo recuerda y en mi memoria está. Ese es el objetivo, hacer algo similar. Si un programa funciona, tú disfrutas más y más cuando pasan los segundos. Es porque te lo estás pasando bien, porque los elementos están saliendo y ves que la gente goza. Se puede llegar a disfrutar, pero no antes de competir. Los nervios previos no te los quita nadie. —Lleva diez años en Mundiales y Europeos. ¿Cómo se mantiene la ilusión? —Llevo 20 años patinando, desde los seis, pero soy una persona a la que le gusta lo que hace. Llevo mucho viviendo lo mejor de mi carrera deportiva, y sé que no me queda demasiado tiempo en el alto nivel. Lo quiero aprovechar al máximo. Este es un deporte muy complicado a nivel físico, explosivo, de cardio... Es mucho más difícil de lo que la gente ve, es perfeccionista y estás en una superficie que no es el suelo, inestable, que no es la natural. —Uno de sus intangibles es su personalidad en el hielo.
—El carisma va más con la propia persona, que tiene capacidad de transmitirlo. Se puede trabajar, pero el tenerlo natural es diferente. —Y ahora tiene que adaptar su personalidad a ser Quijote en su programa largo. —Queremos que la gente lo vea y sonría. Es excepcional, con carácter muy peculiar y mezcla lo que he hecho hasta ahora. Puede ser la bomba. —¿Quién será su gran rival por el oro, su compañero Hanyu? —Yo creo que sí, Yuzu. Él y yo somos los patinadores más completos, luego un día uno estará mejor o peor. Ambos hemos crecido al entrenar juntos. —El patinaje vive una deriva un poco rara, con la fiebre de introducir saltos cuádruples. Algunos hacen cinco y usted, tres, pero mucha coreografía. —Yo lo vivo tranquilo. Los jóvenes tienen que hacer cosas que no hacen los adultos. Ellos optan por la dificultad sin pensar en las consecuencias, como puede ser una lesión, muchas caídas y fallos. Este deporte ya es difícil por sí solo como para meter más complicaciones. A lo mejor no estamos tan preparados para eso. Yo prefiero optar por un programa perfecto, limpio y con buena coreografía. —Y si definitivamente se cuelga la medalla olímpica, ¿que supondría? —Sería un regalo a mi carrera, a toda mi trayectoria, una especie de guinda al pastel, pero también hay pasteles muy ricos sin guindas. Lo voy a intentar: si se consigue, mejor, pero si no... Lo que creo es que es difícil que vuelva a otros Juegos. —Nos precipitamos con los Juegos, pero aspira a su sexto oro europeo en Moscú. —Me gustaría volver a ser campeón de Europa para seguir escribiendo una página en la historia del patinaje. Al final será un buen entrenamiento para Pyeongchang. Espero llegar al 70% de forma y luego afinaré para afrontar al máximo los Juegos, que es para lo que está encaminado todo.
Nervios
“Contra el estrés se intenta mantener la naturalidad”
Táctica
“Quiero un programa perfecto y con buena coreografía”