Carlos Sánchez, ex del Madrid, entrena a los porteros del Lega
Carlos Sánchez nunca aparca dentro de Butarque junto al cuerpo técnico. Los días de partido, deja su coche fuera. En el párking de los aficionados. Ahí se cruza con hinchas que le dan ánimos mientras sube las escaleras camino al estadio. En el último peldaño suele toparse con la Policía. Alguna vez le han parado y pedido su identificación. “Soy el preparador de porteros del Leganés”, responde. Y campeón de Europa, podría añadir. Lo fue con 24 años. En el Madrid de Casillas, Figo, Roberto Carlos, Raúl… y Zidane.
El entrenador de su próximo contrario le regaló la gloria de alzar la Champions de 2002. Allí, en la foto de Glasgow, estaba Carlos. Eufórico. Aquello fue bonito, pero suele contar que su mejor momento lo tuvo cuando debutó de titular contra el Mallorca la víspera de la Nochebuena de 2001. A Casillas lo habían expulsado en el partido anterior contra el Nastic en Copa. “Ese recuerdo es más bonito que verte campeón”, cuenta.
Tras aquello, no jugó más con la primera plantilla. En 2004 se marchó. Sus destinos: Poli Ejido, Almería y Castellón. Para su desgracia, se llevó la maldición de las lesiones en la maleta. Luchador como pocos, despejó en largo su fantasma y en la 2007-2008, fue Zamora de Segunda. En 2011 colgó los guantes y dos años después empezó a ejercer de preparador de porteros del Lega, el equipo de su ciudad, dónde comenzó su carrera y en el que ahora sueña con tumbar en Copa al Real Madrid con el que ganó una Champions.