Vuelve el olfato de Bacca; se tensa la cuerda con Eusebio
El Villarreal mira a la Champions y la Real, a la hoguera
El fútbol cambia tan rápido como la vida misma. El Villarreal estaba hace seis jornadas a 13 puntos del Valencia y esta tarde, si hace los deberes y se produce la carambola deseada en Mestalla, podría acabar a tres con media Liga por delante. La Real, por su parte, era colíder con el Barça en la tercera jornada y hoy ya mira al descenso con pánico tras sumar tres victorias en 17 partidos. Por eso ya nadie piensa en Calleja como técnico interino y, por el contrario, demasiadas voces señalan a Eusebio y a su estilo. Esta batalla se antoja decisiva para retocar esas sensaciones o para ver fuegos artificiales y una guillotina.
Analizados ambos equipos, quien menos se agarrote podría salir favorecido. Villarreal y Real son similares en cuanto a la propuesta de partida, calidad y bisoñez. Han regalado buenos ratos cuando su fútbol fluye, pero a menudo han demostrado que las exigencias les atenazan. El Villarreal parece haber pasado ya su cíclico bache, y las victorias en el Bernabéu y ante el Levante le han espoleado. Bonera se mantendrá en un once en el que Álvaro es baja, en el que poco a poco asoma Roger Martínez y en el que regresa tras sanción Bacca, su delantero con más hambre.
En la Real podría haber cambios por las lesiones (una clave, la de Zurutuza) y por el bajo rendimiento en algunos puestos ( fuera Kevin y peligra Juanmi). Eusebio necesita dar un volantazo sabedor de que la Real no gana en Vila-real desde hace doce años y de que varios de sus jugadores tienen demasiados planes en la cabeza (Rulli, Odriozola, Iñigo Martínez, Canales…). La Real haría bien en centrar el foco en el presente. En el nervio de Castillejo y en el talento de Fornals. El pasado (afortunadamente para él) ya no vuelve y el futuro es incierto.