El efecto Pesic levanta al Barça y noquea al Baskonia
Le ha cambiado la cara al equipo El Granca, en semifinales
El efecto Pesic ha sido más inmediato y más potente que un chute de adrenalina. El técnico serbio deja claro que para motivar a una plantilla, lograr que actúe con intensidad y concentración plena y manejar el tempo de los cambios, no hace falta un enorme trabajo táctico previo. Sino personalidad, hacerse escuchar y, eso sí, un gran bagaje como entrenador. Predicamento, el suyo. Una semana en el cargo.
Su desembarco ha dado un volantazo a la deriva azulgrana. El Barça fue otro, permitió muchos puntos de salida, pero los dos equipos jugaron a un ritmo diabólico en el arranque. Heurtel y Oriola firmaban numerazos en un tiempo récord. El base, 16 de valoración en 7 minutos y el pívot, 10 tantos en 8. Claver, del que Pesic ya sacó lo mejor en Valencia, era el prototipo de las nuevas virtudes culés. Nunca desfallecía, seis rebotes en un cuarto efectivo en pista. Y así el Barça avanzó sin vaivenes (o casi) directo a la semifinal de Copa, en la pelea de nuevo por un título que no alcanza desde 2013. Y a costa de un Baskonia que era el potentado en su lado del cuadro, pero que otra vez se queda fuera de la final, y van nueve años seguidos.
Decíamos que el Barça avanzó con rumbo estricto, que solo vio peligrar su resurgir tras una demostración colosal de carácter y talento de Shengelia (30 puntos y 40 de valoración). Y de Beaubois (22). Del 82-74 al empate a 82 en 80 segundos. Y luego 86-86. Rugía el georgiano y las clavaba el francés. Al Barça le sacaban el letrero de ahogado en la orilla, pero el efecto Pesic dio hasta para eso, para sobreponerse a su destino. Un serenísimo y a la vez bravo Tomic (18) y un estelar Heurtel (20) decidieron. El Barça está de vuelta.