Con humildad pero sin ‘catenaccio’
Si el Roma ha demostrado algo en este curso, es que en noches de gala como la del Camp Nou sabe mostrar su mejor cara. Nadie hubiese apostado por su clasificación en la primera fase, y en cambio el conjunto giallorosso ganó su liguilla eliminando al Atlético y dejando atrás a un gigante como el Chelsea. Obviamente, este gran camino no es suficiente para pensar en poder eliminar al todopoderoso Barcelona, pero sí sirve para soñarlo. La humildad va a ser la clave para conseguir un buen resultado esta noche: los de Di Francesco no podrán saltar al campo buscando la posesión, como normalmente le gusta hacer, en la casa de los maestros del tiqui-taca, pero tampoco se esperen un catenaccio viejo estilo. El Roma, si no se desnaturaliza (y su técnico ha jurado que no lo hará), tendrá un epicentro alto, buscando contragolpes rápidos a través de una presión agresiva y bien organizada.
En este sentido, será fundamental la presencia de Nainggolan, que ha protagonizado su enésima recuperación relámpago y podría ser titular. Sin el Ninja, el equipo cambia de cara y se vio el sábado en Bolonia. Di Francesco este año ha demostrado ser un especialista de las victorias a domicilio: su defensa es la mejor de la Serie A fuera de casa (gracias también a los milagros de Alisson) y hace un mes destrozó al Nápoles en San Paolo con un inesperado 2-4. Además, ya conoció y batió a Ernesto Valverde: en septiembre de 2016 su Sassuolo tumbó por un contundente 3-0 al Athletic en la Europa League. Eso sí, lo de hoy va a ser más complicado: allí no había un Messi...