Rahm desata pasiones y apunta al Open de España
Cerca de 15.000 personas le vieron en Madrid; está a dos del líder
Pocos golfistas en el mundo tienen un público tan entregado como yo aquí en Madrid. Me aplauden hasta cuando pego una bola al agua”, decía Jon Rahm, que quiere ganar de cualquier manera el Open de España, en el que hoy (13:35) saldrá tercero (-15) a uno y dos golpes de Paul Dunne (-17) y Nacho Elvira (-16). “El guión va bien, aunque no se está cumpliendo, porque no voy ganando” dice el vizcaíno. Pura ambición.
Por el Centro Nacional han pasado más de 30.000 personas estos días, 14.850 ayer sin contar menores de 18 años, y Rahm sabe que el apoyo de la afición será un factor clave en los últimos 18 hoyos. “Sus gritos vienen bien para que los rivales sepan que voy fuerte y haciendo buen golf. Si hago birdies y hay ruido puede que les moleste y se tendrá que ver de qué pasta están he- chos”, señala el de Barrika, cuyo partido estaba repleto de camisetas del Athletic de Bilbao que le animaban ciegamente, en los birdies y en los bogeys.
Rahm, a sus 23 primaveras, retrocede esta semana seis años atrás, a los tiempos en los que era una promesa más en la Residencia Blume: “Ha pasado más de un cuarto de mi vida y ha cambiado. Además, nunca lo jugué con tanta gente. Recuerdo cuando Kiko (Luna), uno de nuestros entrenadores, nos ponía un ejercicio que odiábamos a muerte. Si no la dejaba en calle, era agua y tenías que repetir. Tal vez por eso soy más preciso y cojo muchas calles”. Después se fue a Estados Unidos, donde se pulió hasta ser el número cuatro del mundo. Vive en Arizona, viene de ser cuarto en el Masters, pero por una semana ha vuelto al Rahmbo adolescente.
Y así resume sus partidas en Madrid: “Juego de tee a green espectacular y no meto ni un putt. Dunne y Elvira están metiéndolos todos”. Del acierto en el green dependerá que llegue la quinta victoria profesional de Rahm en un torneo que “se ganará más allá de -20”: “Hay que llegar hasta ahí mínimo, siendo prudentes”.
El vizcaíno, que disputa el Open de España por primera vez en su vida, tiene una relación romántica con la cita: “Llevo años queriendo jugar este torneo como profesional, incluso como amateur cuando no pude jugar porque tenía que ir a clases en el instituto. Aparte de los majors, sería mi victoria más especial, un orgullo. Eso sí, no sabía que esto iba a ser así, con tanta gente”.
Asombrado “Pocos golfistas en el mundo tienen un público tan entregado”
Ilusión “Más allá de los ‘majors’, esta sería mi victoria más especial, un orgullo”