Pueden devolver al Málaga el descenso de hace dos años
■ Fue el 1 de mayo del pasado 2016. En la Rosaleda. El Levante certificaba su descenso de manera matemática a Segunda División tras una temporada desastrosa en la que los granotas de la mano de Lucas Alcaraz, primero, y de Rubi, después, no fueron capaces en ningún momento de sacar la cabeza de la zona baja de la tabla. Hoy, los caprichos del fútbol y del destino, han querido que se dé la misma películo, con los mismos protagonistas, pero con los papeles cambiados. Ahora es el Málaga el que puede decir adiós de forma oficial a la máxima categoría este mismo jueves en el Ciutat de València. Una derrota dejaría a los andaluces sin opciones de seguir agarrándose a la calculadora y consumarían su ocaso.
Aquella noche de La Rosaleda es de ingrato recuerdo en el levantinismo. Aunque aquel año parecía un descenso cantado desde casi la mitad de la Liga, el fútbol les fue dando vidas extra a los azulgrana. Pero nunca las terminaban de aprovechar. Y al final no hubo remedio. Fue de una manera quizá más cruel de lo merecido. Con una injusta y erronea decisión arbitral al anular un gol legal a Morales que podía haber dado vida a los granota. Sus lágrimas lo decían todo. No hay especial ánimo de revancha pero sí de ganar para dar un importante paso hacia una nueva permanencia.