“Estamos preparados para cualquier reto”
La incorporación constante al renting de otro tipo de clientes, más allá de las empresas, debe ser otro los impulsos de esta actividad
El presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos se muestra optimista sobre el potencial del sector, al que considera sobradamente capacitado para afrontar la transformación integral a la que se enfrenta en general la industria de la automoción en un futuro inmediato.
Aestas alturas, ya nadie cuestiona que el sector de la automoción vive inmerso en un océano de profundos cambios. Todo el mundo habla de que asistimos a un momento disruptivo, cuya principal característica frente a anteriores procesos quizá sea que, en esta ocasión, parece que todos los cambios impactan en el sector a la vez, ¿o sería mejor decir impulsan al sector? Dependiendo de cómo lo entendamos, podemos afrontar este momento con preocupación o con ilusión. Es evidente que, ante las novedades, siempre cabe la desazón propia de la incertidumbre que originan, pero no lo es menos que, gracias a ellas, se abren nuevas oportunidades que hay que saber aprovechar.
El renting, como satélite de este gran universo de la automoción, también se verá afectado por este cambio de órbita, que se generará no sólo por la transformación de los vehículos, de los que se dice, entre otras cosas, que serán autónomos e impulsados por energías sostenibles, sino, principalmente, por una mutación del concepto de movilidad. Y es aquí donde me quiero centrar. Desde que Henry
Ford entendió que el automóvil podría mejorar la vida de las personas y produjo en cadena un
Ford T para las masas, éstas siempre han ligado su deseo de propiedad a las cuatro ruedas. El coche ha sido, desde entonces, en la esfera pública, un dinamizador social y económico y en el ámbito más privado, un inequívoco símbolo de progreso y libertad. Ahora nuevas exigencias, sobre todo medioambientales, plantean la necesidad de un cambio de modelo que, en ningún caso, debe implicar una renuncia a estas conquistas, aunque sí un nuevo punto de vista en la relación personal que tradicionalmente se ha mantenido con los coches; se impone un uso más racional de los vehículos. Los coches ya no son un fin, sino un medio. El consumo colaborativo y la economía circular van minando, poco a poco, la hegemonía del consumo individualista y la economía lineal.
¿Qué lugar ocupa el renting en este nuevo escenario? Sin ninguna duda, tiene un papel protagonista, dado que es pionero en el concepto de ‘pago por uso’. Con la ventaja de ser un modelo consolidado, ofrece los beneficios de concebir el producto como un servicio. En este sentido, uno de los grandes retos que tiene el renting es convertirse en un facilitador integral de movilidad, más allá del automóvil.
Pero, antes de llegar a ese estadio, el renting tiene el desafío de universalizarse, darse a conocer a quienes aún no lo conocen y desengañar a los que todavía creen que es un producto exclusivo para las empresas. Y estamos en el buen camino.
Mutación total. Desde 2015, el renting en España también ha experimentado la mayor mutación de su historia. Se ha producido una auténtica revolución que ha tenido como protagonistas a los particulares, autónomos y a las pymes, fundamentalmente a las empresas pequeñas que tienen de uno a cuatro vehículos. Los últimos datos publicados en abril han vuelto a corroborar esta tendencia. Particulares, autónomos y pequeñas empresas han copado el crecimiento del parque de vehículos, donde han aportado el 72,09% del mismo. Este incremento de las nuevas conquistas del renting, unido al crecimiento vegetativo, originado por la mediana y gran empresa, permite vaticinar un cierre del ejercicio en el que la flota de renting se acercará a las 600.000 unidades. Pero más importante que esta cifra, como decíamos, es saber que se origina entre los más pequeños, lo que significa que el propósito de popularizar el renting se está alcanzando. A este punto no se hubiera podido llegar si las compañías de renting no se hubieran volcado en esta misión, con el diseño de servicios enfocados también a este tipo de clientes y donde el reto es seguir mejorando la experiencia integral del servicio, a través de la personalización del mismo.
Para conseguir este propósito, la tecnología es una gran aliada para las compañías de renting, que son conscientes de que, aunque suene paradójico, contribuye a humanizar el servicio y a ajustarlo a las necesidades individuales. Un ejemplo de esto es la telemática, un valor añadido que las compañías ofrecen a sus clientes y que permite monitorizar la conducción, redundando en un menor gasto, una utilización más segura y más respetuosa con el medio ambiente. Elementos que están en línea con el desafío de humanizar el servicio y con el compromiso social del renting.
Las aportaciones de este sector en estas materias son incuestionables, si bien la principal es el hecho de que los vehículos de renting se renueven de media cada cuatro años. Así, frente a un parque de vehículos envejecido, con más de 12 años de edad, como es el español, los vehículos de renting tienen una media de dos años y tienen un mantenimiento puntual, con las implicaciones que esto tiene tanto para salvaguardar el medio ambiente, como para garantizar un parque más seguro.
Pero, el cambio en el concepto de movilidad no es el único desafío del sector de automoción, la transformación energética o la conducción autónoma constituyen ya dos grandes retos para todo el conjunto de la automoción y por ende también para el renting. En cualquier caso, este sector está preparado para encarar el futuro con optimismo y ser parte activa de esta gran transformación de la movilidad, que esperamos con entusiasmo, porque ya sabemos aquello de que la vida es como una bicicleta y para mantener el equilibrio y avanzar, siempre hay que seguir pedaleando.
Cambios “Hay un uso más racional del vehículo: ya no es un fin, es un medio”
Desafío “Hay que mejorar la experiencia integral del servicio a los clientes”