El Athletic se suicida ante un Alavés en modo fiesta
Pifia de Kepa, que aprovechó Guidetti. Golazo de Munir
Un error de patio de colegio del Athletic, desenchufado del derbi tras un inicio portentoso, puso en bandeja un triunfo claro de un Alavés mucho más metido en faena. Muniain maquilló el castigo. El cuadro bilbaíno sacó la espada y se la clavó, harakiri de un equipo al que le falla ya hasta su mayor garantía. Arrizabalaga ha sido la póliza de seguro que le ha salvado la vida durante mucho tiempo este año, bien mezclado con tres centrales de tanta altura que Ziganda hasta ha adaptado sus apetencias futbolísticas con todos ellos en el campo.
Pues bien, en un balón inofensivo cedido hacia sus dominios, al meta le dio por confiarse y, bajo de pulsaciones como estaba, quiso darle de derechas sin percatarse de que venía un bisonte sueco llamado Guidetti comiendo metros de hierba como una moto GP. Golpeó al punta albiazul y en una apuesta doble por pifiarla, tocó el rechace, que tal vez se iba fuera, para abrigar la pelota en sus redes. Luego estuvo lento de reflejos Yeray y cometió una falta sobre Munir que acto seguido marcó de forma soberbia, y el propio central rojiblanco estuvo blandito en el 3-0, obra de un Ibai que no lo celebró por su pasado en San Mamés.
El pulso vasco fue accidentado a más no poder. Tal vez cuando no hay nada en juego saltan las tuercas de la calma o porque un derbi es un derbi y debe traer cuentas pendientes, el caso es que se cobró dos lesionados, varias entradas duras y más de una discusión. Especialmente doloroso fue el latigazo en el isquio de Rico, que lleva dos recaídas y se hunde cada vez que su musculatura le niega el avance. Ziganda sigue abonado a la estrategia de los tres centrales y empezó con un 3-4-3 para luego ir flexibilizando la propuesta. Y el Alavés se guardó en su campo a la espera de los errores que abrieron el melón. Mendi