Leinster domina en San Mamés y en Europa
Derrotó a Racing en una final poco vistosa y decidida por pateos
Leinster puede presumir ya de haber levantado cuatro veces la Champions. Sólo la franquicia irlandesa y la leyenda francesa de Toulouse. En la gran fiesta de San Mamés se impuso Leinster. El mejor equipo de Europa, nueve victorias en nueve partidos. Derrotó a Racing (15-12) a base de pateos a palos. No fue un encuentro brillante para el espectador, no hubo ensayos, pero en una final sólo vale sumar.
La posesión, como era de prever, fue para Leinster. Pero Racing le presentó un choque incomodísimo. No encontraba fisuras el rodillo irlandés, el partido estaba donde quería su rival parisino. Con Machenaud fuera, la historia daba una oportunidad a Teddy Iribaren. Y fue el protagonista gran parte del choque. Pasó el primer pateo a los tres minutos, aunque antes Racing había perdido a Lambie. Talès (recambio de urgencia de Carter) pasaba de la grada a ser el centro de los focos. Muchas indisciplinas, y todas ellas dirigidas a palos. Placajes altos, fueras de juego... Sexton ponía la igualada al cuarto de hora e Iribaren respondía. De nuevo Racing por delante. Barnes perdonó la amarilla a Nakarawa por un avant voluntario, pero sí pitó la infracción y Sexton hizo el empate antes del descanso.
Más golpes. El sueño del magnate Lorenzetti seguía siendo posible. Y Racing salió más enchufado. Iribaren ponía el 6-9 y Sexton se probaba desde 50 metros. Fallaba. Surgían los primeros nervios. A la mano tampoco podía Leinster. Sexton se vengaba para el 9-9 y luego perdonaba, pero también Iribaren. Hasta en eso igualaban. Llegado el tramo final, ambos buscaban los palos. No era el día para ver ensayos de Nacewa o Thomas. Iribaren pasaba el oval en el 70’. Con el 9-12 a Leinster se le echaba el tiempo encima. Forzó la máquina en delantera y Racing siguió pecando. Nacewa tomó el testigo, hizo el empate en el 72’ y acercaba lo que hubiera sido la tercera final con prórroga de la historia. No fue así. El oceánico pasó el oval a minuto y medio del final. Racing tenía la opción de igualar o buscar un ensayo heróico. Ni uno ni otro. Talès buscó la foto con un drop que le encumbrase al Olimpo oval... Y falló. Y Leinster agrandó su leyenda. Con su Champions y el Grand Slam irlandés en el Seis Naciones es evidente: el Trébol manda en Europa.
Hegemonía Grand Slam de Irlanda en el Seis Naciones y Champions de Leinster