El Lega se da el homenaje perfecto en inferioridad
Garitano y Mantovani dijeron adiós a Butarque con un triunfo
Apenas Gil Manzano pitó el final, el silencio inundó Butarque. Duró unas milésimas eternas. Y como algunos silencios, éste se escuchó. Tronó como un terremoto. Algo se rompió. ¡Crash! Era el fin de una era. La de Garitano y Mantovani. La de la alquimia del barro convertido en oro. De Segunda B al cielo. Un milagro que jamás lo fue. “Porque yo no creo en las casualidades”, dice Garitano. Él se marcha. Queda la frase. Y su Garitanismo. Como el ejemplo de Mantovani y el eco de la ovación que les atropelló de cariño tras el partido. Ganó el Leganés y el Betis acaba en el sexto puesto sin que el Villarreal necesitara siquiera jugar.
Antes aún quedaba una batalla. Era intrascendente, decían. Bendita intrascendencia. Salió un partido agitado. Y de tanto agitarse, cuando se descorchó, salpicaron emociones. La excusa fue Campbell y su gol. O mejor dicho, Rubén Castro y su asistencia. El caso es que la jugada terminó en la meta del redebutante Serantes.
Creyeron los pepineros que era fuera de juego, pero Campbell partió de su campo. La cosa se calentó y Rico acabó en la calle por doble amarilla. Una por falta. La otra, por aplaudir. El Lega se quedó en inferioridad, pero apretó como si jugara con uno más. Empató por eso y porque Durmisi se quedó clavado en un córner. Siovas remató solo.
Un tanto al que siguió un festival. De goles y épica. Del Lega casi todo. El de Naranjo lo cocinó Guerrero y el de Navarro en propia puerta, Amrabat. Antes había marcado Sanabria frente a un Serantes que amagó con lesionarse cuando quedaba poco pero lo más importante. El aplauso a los últimos minutos que disputó de pepinero Mantovani. El héroe que se marcha. El ejemplo que se queda.