Bale salió por la puerta grande

El trece da mala suerte. También en Inglaterra. Nadie acarició la copa, pero hubo llanto y drama. Recemos a los dioses para que Salah y Carvajal estén en Rusia. Quedaban dos comodines, el Atleti perdió a Arda y Costa y salió a flote. Pero el flotador Lallana fue invisible.

De poco le valió al Liverpool entrar con más intensidad. Sus medios mordían en presión altísima. El Madrid ha aprendido a sufrir, a dejarse dominar. A dosificar sus zarpazos. Karius sufrió un vía crucis que no olvidará. El Madrid no pierde finales. No comete errores de bulto. Se aprovecha de las sombras de sus rivales. Fue la noche de los desconectados. Benzema intuyó lo que iba a pasar. No fue casualidad. No fue un churro. Para abrir el menú de una final, como Tamudo. Raúl, el del aguanís, ha debido darle terapia a un hombre que antes no iba de caza.

Mané, el mejor jugador de la Da igual que empieces dominando orilla del Mersey, deja humo y casi asustando. Que tras sus pisadas. Modificó, con te sobrepongas a la lesión de oportunismo, la dirección de un tu estrella. En un rato, tu porte testarazo. Un zurdazo suyo que falla y un suplente marca planeó sobre la hierba lo bateó el gol de su vida. Una chilena el poste. poco habitual, pero que el

Bale salió por la puerta grande. Madrid repite dos veces en la ¡Ronaldo, así se hace una tijereta! misma Champions. Será el El galés no confía en su aura, la clase, la pegada o la sóleo pero sí en su chut. Probó suerte. No sabemos. Quizás desde lejos y el arquero ya rumiaba sea mucho más sencillo: somos su fortuna. el Madrid. Punto final. Rubén Reiriz-Polo Alberto Rodríguez Ferreras

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