Lentejuelas rojigualdas y Zabivaka “A Carvajal tenemos que sujetarle, va a llegar” Lopetegui

Once inicial Se verá muy cerca del primer partido, no antes”

En un paseo de dos horas por Krasnodar compruebas los contrastes de ese país gigante que es Rusia. Los vestigios comunistas se cruzan con las modernidades capitalistas. Y no se ve nada relacionado con el Mundial salvo en el centro donde hay un par de carpas mínimas que acogen a dos voluntarias que explican en qué consiste la Copa del

Mundo de 2018 que se celebra en su país y unas banderas de lentejuelas de España, de

Rusia y de la mascota del Mundial, al que llaman Zabivaka, que en ruso significa “el que anota”, un nombre más que apropiado, según la web de la

FIFA, porque Zabivaka (suena a Chewaka) “irradia diversión, simpatía y seguridad en sí mismo”. En el paseo debutante por Krasnodar y tras visitar el estadio donde hoy juega España contra Túnez, compruebas qué seguridad en sí mismo tiene el mecenas de club y de la ciudad Sergey Galitsky. Es complicado comprender porque el mejor estadio de Rusia no acoge ningún partido de su Mundial.

España juega hoy en el coliseo futurista que construyó este megamillonario Galitsky, con pantallas en las gradas. Lo mandó hacer como una réplica de un circo romano y cuentan que se trajo la piedra al verla en un edificio de Italia, que no se la querían vender y que compró la cantera. La Selección se ha instalado en la sede la academía del Krasnodar (¡la sede del primer equipo debe ser como la NASA!) para pelear el sueño de campeonar de nuevo en un Mundial. Es complicado, pero en las banderas de lentejuelas rojigualdas colgadas por las calles de Krasnodar se refleja la ilusión de todo un país.