AS (Valencia)

Escabechin­a mundial

Froome, Nairo y Porte cedieron tiempo Gaviria ganó al sprint

- JUAN GUTIÉRREZ

El Mundial de Rusia ha condiciona­do el Tour de Francia 2018 en sus fechas, en sus horarios y hasta en su recorrido. En sus fechas, porque ha arrancado una semana después de lo habitual, para coincidir menos con el fútbol. En sus horarios, porque ayer se adelantó la etapa inicial para no pisarse con el Inglaterra-Suecia. Y en su recorrido, porque se ha concentrad­o la gran montaña en las dos semanas finales. La carrera reina elude la competenci­a con el deporte rey. Cada uno en su espacio.

Eso no equivale a una transición de nueve días, ni hay que menospreci­ar lo que viene. Sobre todo ese pavés del 15 de julio, que puede hacer saltar el pelotón en pedazos. Igual que saltó ayer. Hasta entonces veremos etapas al sprint, la crono por equipos del lunes, la media montaña del miércoles, el Muro de Bretaña del jueves… Escapadas. Muchas caídas. Y muchísimos nervios. El objetivo de los gallos será no perder el Tour, para poder ganarlo en la traca final. Chris Froome, Nairo Quintana, Richie Porte y Adam Yates ya lo padecieron ayer en sus carnes. No hay transicion­es en el ciclismo. Y menos en el Tour.

Así, los 176 corredores que conforman esta 105ª edición tomaron la salida a las 11:00 en la Isla de Noirmoutie­r. Este año son menos porque las alineacion­es se han rebajado a ocho ciclistas en pos del espectácul­o y la seguridad. Una medida que, como pudo comprobars­e, no frena las caídas. El pelotón entró en la península por el puente que se levantó en 1971. Hasta esa fecha sólo se accedía por el Paso del Gois, un camino que sólo asoma dos veces al día con la marea baja. Muchos lo recordarán por aquella montonera de 1999 y por las gafas perdidas de Zülle. El Gois podría haber integrado también el itinerario de ayer, pero al moverse los horarios, no hubo manera de sincroniza­r al pelotón con la bajamar. Como si fuera el 14 de julio,

La Fête Nationale, en lugar de San Fermín, tres franceses se lanzaron a la aventura con la carretera abarrotada de carteles de ‘Allez les Bleus’. En honor a la Francia de Griezmann y Mbappé. En honor del Tour. Y en honor de los valientes: Cousin, Ledanois y Offredo. Los tres compartier­on cuatro horas de publicidad. Y Ledanois se enfundó el primer maillot de la Montaña en una tachuela inventada para la ocasión. En la meta no tomaron La Bastilla. Fueron atrapados a diez kilómetros. El sprint lo ganó Fernando Gaviria, el bólido del Quick Step, una maravilla que ha alzado los brazos en su debut en el Tour y se ha convertido en el segundo maillot amarillo colombiano de la historia, tras Víctor Hugo Peña en 2003. Este es un sprinter y aquel era un contrarrel­ojista. Atípicos escarabajo­s.

El número 13. Con la primera etapa llegó también la primera caída: el dorsal 13, Lawson Craddock. Menudo mal fario. En el Tour no se quita este número como en aviones y rascacielo­s. El ciclismo no entiende de superstici­ones. Craddock fue el primero, pero no el único. Ni el más relevante. El dorsal 1, Froome, se salió al prado y cedió 51 segundos. Igual que los dorsales 81 y 61: Porte y Yates. El dorsal 71, Quintana, rompió las dos ruedas fuera del área técnica y se dejó un bocado de 1:15. Una escabechin­a que corona a otros vencedores del día: Nibali, Landa, Valverde, Dumoulin, Bardet, Barguil, Urán, Roglic, Zakarin, Thomas... Ellos sí entraron arriba. En algún caso, por delante de sus hipotético­s jefes.

 ??  ?? OTRA VEZ A PIE. La imagen de Chris Froome corriendo a pie, como ya ocurrió en el Mont Ventoux en 2016, volvió a repetirse ayer tras su caída en la primera etapa.
OTRA VEZ A PIE. La imagen de Chris Froome corriendo a pie, como ya ocurrió en el Mont Ventoux en 2016, volvió a repetirse ayer tras su caída en la primera etapa.
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