AS (Valencia)

Carolina logra su tercer Mundial y ya es leyenda

Es la primera mujer en conseguirl­o en la historia del bádminton

- JUANMA LEIVA

Una leyenda. Una de las mejores deportista­s de la historia. Cualquier elogio se queda corto para ensalzar a una Carolina Marín que ayer volvió a sumar una gesta más a su palmarés. China, un país con 100 millones de practicant­es, fue testigo de cómo una joven de Huelva se convertía en la primera jugadora de la historia en ganar tres oros mundiales.

Un hito con más valor si se tiene en cuenta lo que ha luchado contra la presión y las lesiones. Todo ello le quitó el cartel de favorita en este Mundial y ella lo sabía, pero, una a una, las mejores jugadoras del panorama mundial se han ido rindiendo a una deportista capaz de llegar mejor que nunca al momento idóneo. Así lo pudo comprobar su rival de ayer en la final, Pusarla Sindhu, jugadora india magnífica con el problema de haber coincidido en el tiempo con la andaluza. Carolina pudo con ella en la final olímpica de Río y también ayer, tras un primer set reñido y otro más cómodo (21-19 y 21-10).

Exigencia. Un triunfo que se encarriló una vez que Carolina se sobrepuso a la llamativa guerra psicológic­a entre punto y punto que planteó Sindhu. Eso, y un juego incómodo, dejaban a la española a remolque en el inicio (9-14), mientras transmitía una actitud de nerviosism­o. Lo opuesto a la voz tranquiliz­adora de su entrenador, Fernando Rivas, que intentaba aportarle soluciones ante los puntos al cuerpo con los que Sindhu le hacía daño.

Y lo cierto es que tras el parón del primer set, la onubense fue capaz de empezar a desplegar su juego para, con varios intercambi­os espectacul­ares, darle la vuelta al choque (16-15). Un encuentro que ya no volvió a irse de su lado. La española cerró el set con sufrimient­o (21-19), pero eso dio paso a sus mejores minutos.

Arrancó el segundo set a un nivel altísimo, mientras las dudas ahora eran de una Sindhu a la que se le escapó la final (10-2) tras el inicio fulminante de la andaluza en la segunda manga. De golpe, Carolina no sólo era capaz de poner solución a aquellos aspectos en los que había sufrido en el arranque de partido, sino que cada vez mostraba más recursos para desmontar la defensa de su rival. Con esa inercia, la final ya no tendría más color que el de la bandera española que Carolina volvería a izar en lo más alto.

Emoción. Tras el último punto, Carolina rompió a llorar sobre la pista, ante 10.000 aficionado­s chinos que reconocían la gesta de la española. Sus técnicos y compañeros de fatigas, Fernando Rivas y Anders Thomsen, a pesar de ser los que mejor conocen a la campeona, parecían mirarse con gesto incrédulo ante lo que acababan de presenciar de su pupila: un logro que tendrá más valor con el paso del tiempo. Eso significa hacer historia. Carolina es tres veces campeona del mundo. Carolina es leyenda.

Batalla Sindhu cayó ante la andaluza como pasó en la final olímpica

Escenario Los aficionado­s chinos acabaron rendidos a la española

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EXPLOSIÓN. Carolina Marín grita liberando toda la tensión acumulada: lo había conseguido, se había proclamado campeona del Mundo por tercera vez.
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