Dennis se abona al rojo
Repite como primer líder de la Vuelta ● Kwiatkowski hizo de Froome
El arranque de una grande siempre es motivo de fiesta. ‘Le Grand Départ’, se llama en el Tour. Málaga fue ayer La Gran Salida de la Vuelta a España 2018, con todos sus ingredientes concentrados en ocho kilómetros urbanos: el sol y el mar del Mediterráneo, la ruta de los museos, el aura de Picasso, la calle Larios, las terrazas… Todo aglutinado en una contrarreloj individual, que rompía la tradición de la crono por equipos. Para rodar y curvear por una ciudad, mejor de uno en uno. La última vez fue en Assen 2009, en un circuito de motor, con triunfo de Cancellara. El mejor motor lo llevaba ayer Rohan Dennis, el primer maillot rojo.
La fiesta no fue completa. No pudo serlo. Por la mañana, la Vuelta había amanecido inundada por la tristeza de la muerte de Javier Otxoa. El vasco afincado en Alhaurín de la Torre resistió por encima de los plazos lógicos a una larga enfermedad, pero se fue apagando hasta que se marchó el viernes. Parecía que estaba esperando a la cercanía de la Vuelta para despedirse rodeado de ciclismo, del deporte al que dedicó su ser. En el recuerdo queda la gesta en Hautacam, en el Tour de 2000, cuando remató una fuga de 150 kilómetros con Armstrong en su cogote. También aquel accidente terrible en febrero de 2001, que cercenó la vida de su gemelo Ricardo. Y sus posteriores medallas paralímpicas. Bien pensado, Javier Otxoa dijo adiós de la mejor manera posible. Rodeado de bicicletas que rodaban en su honor... Y a la memoria de tantas víctimas de la carretera.
La salida de Jorge Cubero, del Burgos, inauguró esta 73ª edición de la Vuelta a las 17:26. Con la calor. Según fue disminuyendo la temperatura exterior, y los malagueños se asomaban a las calles, iba aumentando también la temperatura de la carrera. Van Baarle fue el primero que bajó de diez minutos. Luego lo hizo Nelson Oliveira. Y después Kwiatkowski, ya con un crono estratosférico. O eso parecía hasta que irrumpió Dennis, que ya había sido el primer maillot rojo el año pasado tras la crono por equipos de Nîmes. El gran especialista no se dejó sorprender.
Este despliegue inicial ofreció alguna interesante conclusión para una Vuelta que nace descabezada. La primera es el dulce momento de Kwiatkowski, reciente ganador de la Vuelta a Polonia. Ya saben: el maillot del Sky da alas. Después de ver a Geraint Thomas ganar el Tour, empezamos a concluir que el equipo británico puede convertir en Froome, o en Wiggins, todo lo que toca. ¿Lo hará con el polaco? De momento quien rompe esa ecuación es De la Cruz, que cedió 45 segundos. Demasiado.
La palomita. El mejor del amplio ramo de aspirantes fue Kelderman, a 22 segundos de Dennis y dos por delante de Valverde, que se definió como “una palomita suelta” y quizá tenga hoy la oportunidad de demostrarlo en el Caminito del Rey. El grueso de candidatos anduvo en unas pérdidas en torno al medio minuto: Quintana, Zakarin, Simon Yates, Kruisjwijk, Mollema, Majka... Un poco más allá, a los 40”, se alejaron Nibali, Pinot y Aru. No es preocupante. Todavía. Quien peor imagen ofreció, inesperadamente, fue Rigoberto Urán, a 45”. Eso sin contar con el autodescartado Porte, el líder en los pronósticos, que cedió 51” y se volvió a borrar de la carrera: “Me encuentro fatal y creo que voy a seguir así”. Ya pueden hacer su apuesta. De momento, Dennis se abona al rojo.